Análisis Dead Rising 2: Off The Record (Xbox 360)

Quizá llegue un poco tarde con este análisis, pero es lo que hay. De todas formas un juego como Dead Rising 2 Off the Record es para echarle horas y horas porque vale la pena y porque lo permite. Pero vayamos a viviseccionar el juego de Capcom como lo merece.

Historia

Antes que nada, aclarar que no jugué a los anteriores Dead Rising (si no contamos las demos), así que no conocía bien la historia de Frank West en profundidad. Afortunadamente, al iniciar la partida veremos un resumen de lo que sucedió en la primera parte del juego, que tampoco es gran cosa, para ponernos en situación. El Frank fuerte y joven que todos conocemos ha pasado a ser un periodista de cuarta fila, gordo, calvo y que malvive actuando como luchador de pressing catch contra hordas de zombies. Y precisamente ahí es donde comenzará nuestra aventura, sobre un ring y rodeado de bichos en un cuadrilátero en el que partirles la cabeza, amputarles las piernas, arrancarles los brazos, quemarlos «vivos» o meterlos en una trituradora. Frank es una sombra de lo que fue tras cubrir los eventos del primer Dead Rising, pero ve la oportunidad de oro para volver a saltar a la palestra al descubrir que el jefe de todo ese negocio recibió unos misteriosos paquetes de una manera que no parecía muy legal. Y por si fuera poco, los no-muertos que había recluidos escaparon al ser liberados por un miembro de una asociación anti-maltrato zombie. Como PETA pero defendiendo a personas muertas y siendo bastante menos ridículos y patéticos. Y claro, nuestro intrépido reportero tiene que ir a meter el hocico a ver quién hay detrás de todo esto.

EjTo va diRecto pAL Tuentiii.

Jugabilidad

Si por algo destacan los Dead Rising es por su brutal jugabilidad y por las horas de diversión que proporcionan. Aquí, más que en ningún otro juego, podemos hacer lo que queramos. El centro comercial en el que se desarrolla el juego es verdaderamente enorme, lleno de tiendas de todos tipos, con casinos al más puro estilo Las Vegas, con un parque de atracciones y recreativas y algunas fases de exterior (pero siempre dentro del recinto). En todos estos lugares encontraremos los objetos más impensables: por ejemplo una máscara de Blanka (que podremos usar para electrocutar enemigos si le ponemos una batería y se la hacemos vestir a los enemigos) o el uniforme de Protoman hasta machetes, guitarras eléctricas, palos de golf, katanas (la mejor arma del juego para mí), sillas de ruedas, mostaza, bates de béisbol, cajas registradoras, raquetas, bancos….

Y usar estos objetos para atacar a las hordas está muy bien, pero combinarlos y crear nuevos ya es la leche. Desde lo más básico que es un bate con clavos, hasta obras maestras del bricolaje como la moto de cross con motosierras que ya lucía Chuck Greene en DR2, sillas de ruedas eléctricas con metralletas, guantes de boxeo con cuchillas, un cubo con un taladro que triturará la cabeza de nuestra víctima y mil locuras más. Estas armas combo se pueden conseguir usando la imaginación y fusionando objetos hasta que salga algo, o consiguiendo tarjetas que nos dirán las opciones que hay.

Desafortunadamente el juego tiene (para mí) un gran pero. El tiempo. Desde el inicio tendremos 72 horas para llegar al final de nuestra misión, y cada vez que tengamos que rescatar un rehén lo mismo. Y si nos quedamos sin tiempo en medio de una misión principal, a repetir desde el último punto guardado. En las misiones secundarias de salvar personas no pasa nada si nos quedamos sin tiempo o mueren, y lo único que perderemos será una subida de nivel. Por no hablar del jodido antídoto para Frank, el Zombrex, que lo necesitará cada día y si no lo conseguimos por casualidad (encontrándolo en alguna parte o ayudando a ciertas personas), tendremos que dejarnos un dineral en cada dosis.

Niveles

Poco que decir realmente, aunque son muy variados, enormes y llenos de posibilidades. La mayor parte del tiempo estaremos en el centro comercial, pero una buena parte de las misiones se desarrollan en la zona de casinos, donde tendremos la ocasión de destrozar los cajeros automáticos y las tragaperras para hacernos un poco más ricos. El ambiente realmente no influye en la manera en la que jugaremos, ya que podemos usar cualquier cosa para dañar a los zombies (excepto la mostaza, que eso solamente los echa para atrás con su potencia pero no los mata).

Protoman sobre un triciclo es lo más normal que veréis en el juego.

Sonido

Aquí mucho menos que en los niveles. Las voces están en inglés, bien dobladas, y la música es de centro comercial. Por lo menos no molesta. De hecho es incluso gracioso abrirle la cabeza a los enemigos mientras suena la musiquilla de fondo.

Gráficos

Correctos sin más. Ni son un alarde que se ventile a Crysis o Battlefield 3 ni es tan lamentable como el Dead Rising de Wii con tres zombies en pantalla. Aquí veremos el centro comercial lleno por todas partes y sin bajadas de frames. Al menos yo no he tenido ninguna que recuerde.

Diversión y dificultad

Como veréis, el tema de niveles, sonido y gráficos es muy escueto, y el de jugabilidad es el más amplio. Ahí está la gracia de Dead Rising 2: Off The Record, que sin ser un juego que pretenda revolucionar nada, es divertido a rabiar. Podemos ir dando vueltas en moto, jugar a las tragaperras, hacer fotografías que nos darán experiencia, rescatar rehenes, etc. etc. Para jugar de manera libre y ganar experiencia sin perder tiempo en la partida normal, tenemos un modo en el que podremos ir por el centro comercial a nuestra bola, consiguiendo puntos de experiencia que subirán en el modo campaña. Esto puede ser un punto a favor y a la vez en contra, ya que si pasamos demasiado rato yendo por libre (como ha sido mi caso), tendremos un nivel demasiado alto después y algunos jefes y psicópatas a los que nos enfrentemos no supondrán gran reto. Recomiendo no abusar de esto, porque el juego es bastante difícil y se disfruta más de esta manera. De hecho en algunos momentos es incluso demasiado complicado, lo cual casi nos obliga a conseguir experiencia de por libre.

Resumen y nota: Sin ser el juego del siglo, es muy divertido y agradable de jugar, aunque yo me he estado más rato en el modo libre haciendo el gamba que avanzando en la historia. Aunque no hayáis jugado a ningún Dead Rising antes, vale la pena echarle el guante.