Análisis Fairytale Fights

Llevaba mucho tiempo detrás de Fairytale Fights.

Su atmósfera y ambientación me encantaban, así que tenía que echarle el guante para analizarlo sí o sí.

Y aquí lo tenéis, un pequeño análisis del juego:

El juego es un Hack ‘n Slash de los de toda la vida, yo contra el mundo. Jugando un solo jugador es divertido, pero jugando en cooperativo con hasta cuatro amigos ya es una locura.

Si se activa la opción de Fuego Amigo, el juego se vuelve un poco caótico, ya que en las trifulcas con muchos enemigos, al final es un sálvese quien pueda, con todos dando y recibiendo de otros amigos.

Se pueden usar toneladas de armas, ya sean para cortar, golpear o disparar al enemigo. O si preferís, tirarle un frasco lleno de ácido, para ver cómo se descompone su esqueleto.

El juego es muy bonito y colorido, ya que esa es una de sus grandes bazas. El diseño de los personajes es gracioso, y hay sangre, mucha, mucha sangre. Los escenarios están muy trabajados, y el apartado artístico en general es sobresaliente.

Lo malo es que se vuelve a confirmar que los únicos que saben aprovechar el Unreal Engine son los propios de Epic. El juego sufre bajadas de framerate cuando hay muchos enemigos en pantalla. Es algo raro, ya que el juego no implica mucha carga gráfica, pero ahí está.

La música que va sonando durante el juego puede recordar a canciones de Disney. El resto de sonidos que hacen los enemigos o las armas están bastante conseguidos.

Hay bastantes momentos de plataformas, muchas veces bastante complicados por el ángulo de la cámara, que no se puede cambiar. Aparte, no ofrece mucha precisión en el movimiento.

Y si queréis jugar sólo unos minutillos, pasarlo bien y continuar al día siguiente, olvidáos. El juego te hará volver a empezar desde el inicio del nivel, y muchos parecen no tener fin, ya sea porque te atascas en un salto o porque se hacen muy largos.

Fairytale Fights es una propuesta original y divertida, pero se ve empañada por algunas carencias técnicas.

Aun así, ofrece bastante diversión, aunque quizá se podría haber aprovechado mejor la idea, que era muy buena.