Análisis Army of Two: The 40th Day (Xbox 360)

Hoy voy a analizar Army of Two: The 40th Day, secuela del juego que salió allá por 2008 y que nos metía en la piel de dos mercenarios enmascarados.

Lo voy a hacer sin haber jugado la primera parte, así que habrá cosas nuevas para mí que igual para los que jugarais al original no os resultan novedosas.

Una de las cosas que más me llamaron la atención fue el sistema de moralidad. Podremos elegir si queremos optar por la opción «amable» o la «cabrona» (por ejemplo, matar a alguien o dejarle vivir). Ésto irá a repercutir en nuestro índice de moralidad, y hasta incluso con nuestra relación con el compañero. Si hacemos cosas que el otro no aprueba, podemos ir minando la amistad.

El nivel gráfico del juego está bastante bien, con secuencias ingame bastante espectaculares y realizadas con el motor del juego. Lo que me sorprendió es que no es un juego gris y marrón como me esperaba, sino que los escenarios son bastante vistosos.

Los enemigos, bastante fantasiosos e irreales (como soldados ninja, aunque eso no es malo en un juego así), cumplen bastante bien. Su comportamiento y físicas al morir están logradas, y a veces te pondrán las cosas bastante duras, sombre todo en emboscadas. El juego también tiene un sistema de aggro, con el cual si disparas y matas a muchos enemigos, te atacarán a ti (y viceversa con tu compañero), perfecto para preparar una acción estratégica.

Los escenarios van desde interiores muy estrechos a amplios parajes, más de una vez con más de un camino posible. Esto es ideal para separar el grupo y jugar con una baza extra. Porque es aquí donde más cobra sentido el juego.

El modo cooperativo (su principal baza) es lo que le da un toque diferente a los demás juegos. Jugar con un amigo, tanto online como offline, es lo más entretenido del juego. Aunque luego también existen otros modos más clásicos, como el combate por equipos.

La jugabilidad es la típica que nos podemos encontrar en un juego de este tipo. Con un estilo de juego más tirando a arcade, podremos cubrirnos con obstáculos y paredes. Como lastre podríamos poner la cámara, que nos lo hará pasar mal alguna vez en interiores.

En definitiva es un juego que cumple, sobre todo jugando con un amigo. Jugando sólo pierde bastante gancho. A favor tiene una acción directa y alejada del hiper-realismo imperante hoy en día. Por contra, un juego un poco corto en la campaña.