Análisis Forza Horizon (Xbox 360)

Bueno pues después de un tiempo en el que no tuve conexión a Internet y tras haberlo jugado en profundidad os voy a contar qué me ha parecido Forza Horizon. Como ya os adelanté en la presentación a la prensa, no soy muy aficionado al género y eso es precisamente lo que a priori me parecía que habían cuidado más en Playground: querían tratar de llegar a la mayor parte de público posible sabiendo que quizá en el proceso perderían a los aficionados más acérrimos de los Forza originales. En mi opinión el resultado es magnífico y a continuación os cuento porqué.

Forza Horizon se diferencia principalmente de sus antecesores en que aquí el acento no está puesto en el coche en sí y en la cantidad de mejoras y ajustes mecánicos que podemos hacerle, sino en el mundillo de las carreras callejeras y lo que rodea a éstas. Vamos, que bebe más de una película como The Fast and the Furious que de un taller de mecánica de élite. Pero ojo, todo esto sin descuidar el estilo, es decir, Forza Horizon puede ser ‘callejero’ pero al mismo tiempo es elegante también, por lo que no es tan ‘macarra’ como algunas entregas de NFS (Underground y similares).

El juego tiene lugar en un festival ficticio de Colorado, donde todos los veranos se reúne a los mejores corredores del mundo para que pongan a prueba sus máquinas en una serie de eventos que abarcan todo tipo de terrenos: 4WD, callejero, carretera, etc. Este resulta ser uno de los grandes logros de F.H.: el mapa es extenso y variado por lo que no te aburres de seguir ‘la campaña’ tratando de lograr las pulseras de colores que desbloquean eventos cada vez más difíciles, etc.

Además también encontraremos bastantes ‘side quests’ para poder relajarnos haciendo tareas más simples cuando una carrera se nos resiste. Dichos objetivos secundarios son variados: encontrar coches perdidos en el mapa que acabarán formando parte de tu garaje una vez restaurados, carreras con otros coches que te encuentres por el mapa, desafíos para lograr puntos mientras se hacen todo tipo de acrobacias , piques 1 vs 1 contra el «jefe» del nivel actual, eventos de carreras ‘alternativas’, pruebas a contrarreloj, etc. A mí no me ha dado tiempo a aburrirme, desde luego, ya que por si todo esto fuera poco, además están el modo foto, diseño de ‘stickers’ para el coche, etc. que al igual que en otras ocasiones, se pueden compartir o ‘vender’ a través de Xbox Live.

Os decía que es posible que necesitéis ‘desconectar’ de las misiones principales porque aunque la curva de dificultad es ajustada, a veces ésta tiene unos picos inesperados (y por lo que he leído a otra gente, no es impresión mía únicamente) que pueden ser un poco frustrantes. Pongamos por ejemplo que acabas de ganar todas las carreras de una cinta de color determinada y quieres hacer algún evento alternativo, como por ejemplo una carrera urbana con Minis. Se supone (o al menos así debería ser) que un evento que se ha desbloqueado antes de terminar una pulsera, debería ser más o menos asumible al final de ésta. Bueno, pues no: de pronto una carrera a priori insignificante se vuelve muy difícil y exigente con cada parte del trazado donde apenas te puedes permitir errores. Hay que decir que he jugado en nivel de dificultad elevado y con controles en simulación, y se nota, creedme que se nota.

En cuanto a los coches en sí, lo único que no me ha gustado son los daños a la carrocería. Éstos se pueden desactivar pero entonces la sensación es más rara, como de juego cutre, pero con ellos activados la cosa no es mucho mejor ya que llega un punto en que la carrocería no se destruye más y se vuelve igual de cutre que sin los daños desactivados. Estaría bien que se pudieran reventar los coches, perder ruedas, etc. y obligarte a restaurarlos si quieres seguir corriendo con ellos ya que de lo contrario lo que pasa es que al final te acabas chocando contra otros coches, árboles, etc. y el coche es como un trozo de hormigón.

Sobre el control, pocas cosas negativas se pueden decir. Se nota que está detrás la base de Turn-10 y controlar cualquiera de los coches sigue siendo una experiencia destacable. Es más, una de las cosas que más me gustan del juego no son las carreras en sí sino coger cualquier deportivo y largarme a las carreteras de montaña a cumplir con los desafíos de acrobacias que como podéis imaginar abarcan todo tipo de cosas que se pueden hacer con el coche: derrapes, velocidad, adelantamientos, ‘rascar pintura’, etc.

El sonido está a la altura del conjunto y la música bueno, yo la encuentro prescindible y limitada (sólo tres emisoras diferentes que tampoco me dicen gran cosa) por lo que juego sin música.

Respecto al multijugador, se nota que es una parte separada de la ‘campaña’ pero lo que hagamos en multi influye sobre ésta: las carreteras que vayamos descubriendo, etc. Los modos son variados y aunque algunos sean un poco confusos, en general no creo que vaya a defraudar a nadie y lo que más me ha gustado es que puedas disponer del tiempo de tus amigos para poder competir contra su coche fantasma.

En definitiva, si te gustan los coches, Forza Horizon no te va a decepcionar. No es Forza Motorsport pero tampoco lo pretende: es un producto mucho más accesible que bien podría acabar en tu estantería aún sin ser tu género favorito ya que tiene mucho que ofrecer y casi todo es bueno o muy bueno.