Análisis Thief (PS4)

Thief empieza con una propuesta interesante. Somos Garret, el maestro de ladrones, y nuestros objetivos son robar e intentar pasar desapercibidos del resto de gente. Un día algo sale mal en una misión y nuestra antigua aprendiz desaparece al caer en la celebración de un extraño rito y nosotros pasamos un año desmayados. Al despertar una enfermedad llamada la tenebra ha invadido la ciudad y el Barón se dedica más que nunca a hacer lo que quiere con el poder.

Así empieza el juego, emplazado en una ciudad victoriana con su parte gótica y steampunk. Después las cosas se van complicando según avancemos e investiguemos sobre lo que está pasando realmente en la ciudad. Esto nos permitirá pasar por un buen montón de localizaciones, edificios y mansiones, infiltrándonos y cogiendo lo que encontremos por el camino.

Por supuesto, como podréis imaginar, el juego va a girar en torno a ocultarnos, usar las sombras, no hacer ruido y demás. Y esto es precisamente tanto lo que hace al juego interesante como uno de sus mayores problemas.

Infiltrarse es divertido. Intentar que no nos pillen los guardia, esperar al momento propicio para avanzar y usar el entorno a nuestro favor es una mecánica de las que nunca me cansaré. Y de esto en Thief hay muchísimo, todo el juego está hecho sobre eso. ¿Pero qué pasa? Pues que esto tiene que ir con una inteligencia artificial acorde, porque si no la cosa no termina de funcionar.

Y precisamente uno de los problemas de Thief es que los enemigos muy espabilados no son. Todos siguen unos patrones de movimiento fijos, por lo que avanzar se convierte en aprender esos caminos que recorren y esperar el momento justo para salir, lo cual simplifica bastante las cosas. Pero no van por ahí mis quejas, porque esto es algo entendible.

Van más por el tema de que es fácil tanto darles esquivazo como el que no te vean. Por los mapas suele haber unos armarios en los que podremos meternos y en la mayoría de casos los guardias ni se molestarán en mirar un poco, así que si por lo que sea nos ven, desaparecer es fácil. Pero no es sólo desaparecer, es que hay que hacerlo literalmente mal para que se percaten de tu presencia.

El juego tiene un medidor de luz para saber si estamos en la sombra o no y si estamos en la sombra somos invisibles. Tal cual. Más de una vez he estado a medio metro de un enemigo y no me ha visto. Además si andamos agachados, a no ser que pisemos cristales rotos, tampoco hacemos ruido al andar, por lo que hasta en situaciones con luz es fácil no ser visto.

Por poner un ejemplo de lo que hablo, en una de las primeras misiones hay que escapar subiendo una pared, en la que hay un guardia apoyado. El juego lo pone en bandeja para tirar una botella a otro lado, que vaya a investigar y nosotros aprovechar para huir, pero yo preferí intentar el ir a las bravas. Y así lo hice, andando por toda la luz y saltando a un metro del guardia, pero como no miraba para mi sitio pues no se enteró.

No digo que sea un problema garrafal, pero sí es un jarro de agua fría el que los enemigos no sean más listos.

Pero bueno, obviando eso el resto del juego sí lo hace mejor. La trama está dividida en varias misiones, aparte de los encargos extra que podemos cumplir para otra gente. Normalmente todos suelen ser de ir a un sitio y robar o investigar algo, para seguir aprendiendo qué pasa en la ciudad.

Las misiones las tenemos que ir a coger nosotros, por lo que nos tocará ir por la ciudad en un entorno semi-abierto, ya sea por el suelo o saltando entre tejados. Dentro de cada nivel también solemos tener varios caminos a nuestra disposición, de forma que podamos elegir siempre qué camino tomar, si uno más directo u otro más seguro dando un rodeo.

Quizá a veces puede ser un poco caótica la ciudad, porque te marca un camino e intenta que sigas el camino que ellos quieren, pero por suerte en las misiones eso no pasa. Claro, también son más lineales, porque aunque haya libertad para moverse, las opciones que hay suelen ser pequeños rodeos para seguir en la senda principal. Unos mapas más grandes y con más libertad habrían sido todo un acierto, porque a veces da la sensación de que te estás moviendo justo como esperaban los desarrolladores, limitando el crear tus propias rutas.

También tenemos un buen montón de herramientas a nuestra disposición para poder avanzar, sobre todo flechas de distintos tipos: flechas normales para atacar soldados, romas para golpear objetos a distancia, de agua para apagar hogueras, con cuerda… Si no queremos complicarnos mucho la vida a veces es mejor solucionar las cosas a distancia y cuando esté el camino libre seguir tirando. El dinero que obtenemos al robar objetos es el que usamos luego para comprar estos utensilios.

Hay una cosa que sí me gustaría destacar y es que en el juego podemos ajustar un montón de parámetros en su dificultad, lo cual arregla bastantes cosas. Podemos quitar varias de las ayudas (como la Concentración o los check points), limitar nuestras acciones ofensivas y demás para hacer el juego más complicado y así compensar un poco la IA.

En cuanto a la parte técnica, llega un poco más justo en el apartado visual, aunque nada de qué preocuparse. Hace mucho hincapié en la luz, está claro, pero sin llegar a destacar en nada. Además tiene unos tiempos de carga que seguramente podrían ser bastante mejores.

Donde sí está mejor es en el apartado sonoro, el cual da mucho juego (¿lo pilláis?). Aunque es curioso porque aunque por norma general va perfectamente, hay momentos en los que si tienes un enemigo justo en el piso superior hablando parece que lo tengamos justo al lado, llegando a desconcertar un poco por lo altísimo que se le oye, estando lejos y sin que represente un peligro.

Está doblado al castellano, por cierto. Buen detalle ese.

Thief es un juego interesante, pero con algunas pegas como lo poco espabilados que pueden llegar a ser los enemigos o el grado de linealidad general de los mapas. Pero aparte, es un título divertido a la hora de tener que infiltrarnos y pasar desapercibidos, que es sobre lo que gira todo él.

No pasará a la historia como uno de los mejores juegos, pero sí puede ser bastante entretenido si buscamos algo más pausado donde tener que pensar en nuestro siguiente movimiento.