Esta semana se estrenaba en PS4 Octodad: Dadliest Catch, tras su paso por PC. Muchos ya lo conoceréis, y otros querréis hacerlo tras estas líneas, porque un concepto tan estúpido y genial a la vez no pasa desapercibido para nadie.
En Octodad: Dadliest Catch somos, efectivamente, un pulpo padre de familia que lleva viviendo diez años con humanos sin que nadie se haya percatado aún de que no es una persona. El cómo no lo sabe ni siquiera su mujer, con la que tiene dos hijos, podría dar para una entrada entera, pero ese no es el tema.
En el juego haremos el papel de un padre corriente, ayudando en casa, en la compra, llevando a los niños al museo… Parece algo completamente normal y sin ningún atractivo, pero sí lo tiene: la suma del humor completamente estúpido que tiene el juego y unos controles tan malos (a propósito) que convierten el gesto más simple en toda una odisea.
El juego se divide en varias fases en las que tendremos que ir cumpliendo objetivos para avanzar. Suelen ser cosas muy triviales como vestirse, servir el desayuno o hacer cola para sacar entradas, pero claro, somos un pulpo y las cosas no son tan fáciles. «Gracias» a los horribles controles que tiene el juego estaremos montando el caos para cualquier cosa que queramos hacer.
La diversión obviamente no está en los objetivos en sí, porque de tener un buen control sería un juego muy aburrido. Este juego es uno de los máximos exponentes del mal control divertido, como Surgeon Simulator o QWOP.
Pero más allá, la ambientación de la América de los años 20 sumada a lo estúpidas que pueden llegar a ser las situaciones le dan el punto de humor que necesitaba. Es un juego estúpido, con todas las letras, y ahí radica su encanto. Es un juego en el que te llegas a reír incluso aunque te consigas mover bien.
Hay que hablar largo tendido del control. Con los analógicos controlamos el brazo (con uno lo movemos y con el otro cambiamos la altura), y si pulsamos los gatillos pasamos a mover una pierna u otra. Eso sumado al agarrar los objetos son todos los controles que tiene. Al principio es casi imposible hacer cualquier cosa, y nos dedicaremos a tirar todo al suelo, pero es verdad también que al menos en PS4 se llegan a medio dominar en poco tiempo.
¿Y qué pasa cuando lo hacemos? Pues que el juego pierde bastante de su gracia. En el momento en el que puedes moverte casi sin ningún problema el juego se vuelve bastante más fácil y se convierte en algo simplemente absurdo. También es verdad que las dos horas y pico que dura, todas con el control malo, podrían llegar a ser desesperantes por no conseguir hacer nada.
Lo que pasa al final es que la primera parte del juego es la más divertida, por ser la que más sorprende. Si no has jugado nunca es algo que te deja un poco loco. Al final terminas jugando casi por la historia, que la tiene, por saber cómo termina todo. De hecho el tramo final casi que pierde todo su absurdo para convertirse en un juego casi de sigilo. Algo raro y que queda un poco fuera de lugar.
Por cierto, tiene un modo cooperativo local para hasta cuatro jugadores, cada uno controlando una extremidad. No lo he probado pero estoy seguro de que tiene que ser la locura máxima.
Octodad: Dadliest Catch es el simulador de padre pulpo definitivo. Tiene humor absurdo y tiene unos controles horribles, lo que combinado da una mezcla bastante divertida. Pero claro, corta y que una vez le coges el tranquillo pierde parte de su gracia. Aun así, Las dos o tres horas que durará se pasan volando porque hacer el cafre con un pulpo mola.
