Tower of Guns es un FPS tipo «bullet hell», de esos en que la pantalla se llena de disparos, que ha salido en PC, PS3, PS4 y One. Nunca me había atrevido con este género porque soy bastante manco, pero la promesa de escenarios aleatorios y de toques «roguelike» me llamaban poderosamente la atención, así que allévoy.
Un bullet hell es difícil por definición, y Tower of Guns no es menos, pero Terrible Posture Games ha sabido endulzar la experiencia. Cada vida la empezamos siendo lentos, saltando poco, con poca salud… y durante la partida le vamos poniendo remedio consiguiendo power-ups que sueltan los enemigos o compramos en dispensadores.
Con el arma inicial pasa lo mismo, empieza siendo un trasto inútil que va subiendo de nivel gracias a la experiencia que sueltan los enemigos y a modificadores que sueltan los jefes.
El objetivo del juego es tan simple como ir avanzando entre habitaciones y matar al jefe al final de cada nivel. Podemos elegir entre ir a toda velocidad para batir el tiempo par o recrearnos en liquidar a los enemigos para mejorar a nuestro personaje. Por eso mismo aunque el juego se puede terminar en menos de diez minutos, también nos puede tener atrapados más de una hora con el modo infinito.
En Tower of Guns todo es aleatorio: la historia, los escenarios y los enemigos. Hasta hay un modo en que cada habitación tiene un modificador al azar (más velocidad, menos armadura…) La pena es que los escenarios no se generan proceduralmente sino por módulos, por lo que se acaban repitiendo mucho.
Lo único que se mantiene entre cada partida son las armas y perks desbloqueables. No es que haya una cantidad abrumadora de armas, pero cada una es muy diferente del resto. Entre las perks creo que hay una para bajar la dificultad, no estoy seguro porque no es la que uso casi siempre ni mucho menos.
Todos los enemigos son robots chungos y torretas, por lo que aunque haya bastantes modelos distintos acaban pareciendo iguales. Lo más curioso es que los únicos que no disparan son los que más tocan los huevos, como unas peonzas asesinas.
Me ha sorprendido muy gratamente el sentido del humor presente en casi todas partes, como los minions robóticos que aparecen entre fases buscando nuestro cariño (pero encontrando nuestras balas, que dan mejoras bien ricas) Los absurdos diálogos de la historia son una maravilla, es una pena que queden en segundo plano mientras jugamos y cueste prestarles atención.
Por el lado negativo tenemos que cuando el caos empieza a reinar en pantalla, los frames se van de vacaciones. No tardan en recuperarse y es bastante entendible teniendo en cuenta todo lo que hay en pantalla, pero hacía años que no veía unos bajonazos así. También sufre bastante tearing, al menos en One, pero no resulta muy molesto. Y es una pena que el juego venga en inglés, porque aunque los tiros no entiendan de idiomas los toques cómicos se pierden si no los entiendes.
El planteamiento simple y áspero de Tower of Guns es a la vez su mayor baza y su mayor lastre, porque aunque a mi me ha gustado mucho sin duda no es un tipo de juego que se pueda recomendar para todo el mundo. Ante la duda es recomendable ver algún streaming del juego, porque eso es todo lo que hay.