Muchos esperábamos con ansias Dead Island 2 y lo que nos han dado son dos Dead Island, pero a falta de pan buenas son tortas y añadiendo encima ese extra que es Dead Island Retro Revenge pues mejor. Vamos con Dead Island Definitive Edition.
Como se trata de una remasterización no quiero entrar en mucha profundidad hablando del Dead Island original ni Riptide, así que a modo de resumen por si alguien no los ha jugado; como salta a la vista son juegos en primera persona donde las armas principales son cuerpo a cuerpo. En ambos tenemos un mundo abierto donde realizar las misiones y explorar para conseguir recursos con los que reparar, mejorar o crear nuevas armas y ambos pueden jugarse en cooperativo online con hasta 4 jugadores. Vamos consiguiendo experiencia para desbloquear habilidades de la rama que tenga el personaje que hayamos elegido (cuatro en Dead Island y cinco en Riptide, donde podemos traspasar nuestro progreso), también vamos subiendo el manejo del tipo de arma que usamos para ser más efectivos.
El sistema de combate peca de simple, básicamente es pulsar el botón para golpear mientras tengamos estamina y luego pivotar sobre el enemigo para recargarla, aunque los enemigos especiales y los ataques en horda nos complican más la vida. Lo bueno es que dependiendo del arma podemos intentar hacer ataques específicos como rebanar brazos o fracturar huesos, y dejar a un pobre zombie intentando atacarte sin brazos es cruelmente divertido.
Ambos juegos son muy parecidos, si acaso diría que Riptide tiene algo más de variedad en las misiones pero su principal diferencia es el entorno; una preciosa isla turística en el original y una mucho más rural y apantanada en el segundo.
En el tratamiento del remaster los han pasado al motor de Dying Light, lo que suena más grandilocuente de lo que es. Donde más cambios gráficos he notado respecto a la versión de 360 que había jugado es en la iluminación y más artefactos como partículas para embellecer. La cosa es que ya los originales me parecían juegos muy preciosistas y, aunque se noten las mejoras, sinceramente el cambio no es para tirar cohetes. Lo que antes salía peor parado eran los modelados de los NPC y aquí siguen siendo igual de horribles pese a los retoques. Lo mejor es que en todo lo que he jugado en la versión de PS4 no me ha molestado ninguna rascada de FPS como las muchas que noté en 360.
Además de las dos remasterizaciones el pack DI Definitive Edition incluye un pequeño juego arcade nuevo llamado Dead Island Retro Revenge, que se pondrá a la venta por separado más adelante. Cuando lo probé no sabía que esperar pero desde luego no algo así, que casi parece un juego musical.
Básicamente tenemos tres raíles por los que mover a nuestro personaje para esquivar obstáculos o atacar a los enemigos. La gracia es que cada botón del mando es un ataque distinto (bajo, medio, alto y hacia atrás) y debemos que recordar el ataque necesario para cada tipo de enemigo, que encima hay unos cuantos.
Tenemos una burbuja para sincronizar el ataque con la distancia del enemigo y ganar más puntos para poder usar armas especiales o magia. Lo más interesante del sistema es que algunos enemigos como los perros pueden lanzarse y destruir al resto si nos sincronizamos bien, haciendo combos a cámara lenta muy satisfactorios.
Es tan simple como adictivo y aunque no tenga muchos niveles entre la dificultad y la rejugabilidad puede darnos unas cuantas horas, así que a buen precio puede ser interesante si no nos interesa el resto de la colección.
Dead Island Definitive Edition es una gran compra si te quedaste con las ganas de jugarlos en su momento. El cambio generacional podría haber dado más de sí y me he quedado con las ganas de probar Escape Dead Island, pero por menos de 40€ el pack o 20€ individuales en digital está genial.