Análisis Clustertruck (PC)

Cuando se anunció Clustertruck me quedé un poco loco ante lo que estaba viendo. Básicamente trata de saltar entre camiones para llegar hasta una meta. Puede sonar o con muy poco sentido o con muy poco atractivo, pero la realidad es bien distinta. Vamos a ver por qué.

No hay más que ver un gameplay para saber a qué clase de público está dirigido esto. Es un juego hecho para los Youtubers de principio a fin, y simplemente con buscarlo en la web de vídeos podréis comprobarlo. Aun así es bien divertido por el hecho de que ofrece un reto constante, aunque sea un poco a expensas del control.

Digo esto último porque es lo que más me ha chirriado del juego, aunque sin llegar a molestarme. El control no es todo lo preciso que podría ser y hace mucho porque muramos sin parar en saltos aparentemente inocentes. Aun así se llega a dominar y a tener un control más o menos preciso. O, bueno, más bien diría que aprendemos a aterrizar donde queremos, que ya es bastante.

De todos modos si avanzamos podremos ir consiguiendo nuevas habilidades que nos ayudan un poco a superar los niveles, como puede ser el doble salto (bastante marrullero), una cuerda para agarrarte, parar el tiempo o el poder crear camiones de la nada. No te van a arreglar la vida, pero ayudan en momentos chungos.

Pero como decía antes, a pesar de que el control no es muy allá, el juego es muy divertido. Es simple hasta decir basta, porque no va mucho más allá de saltar entre camiones normalmente descarrilando, pero lo hace bien. Coge una mecánica sencilla y la explota sin distraerse por otros caminos, algo que no todos los juegos saben hacer.

Es muy fácil aprender el concepto, además de que tiene unos primeros niveles para dejarlo mascado, pero se pone complicado a la mínima. Gastar mucho tiempo en explicar un juego en el que sólo se puede saltar no tiene mucho sentido, por eso el que la dificultad llegue pronto no es un problema aquí.

Lo que quizá sí es un poco problema es que los camiones son bastante impredecibles. No porque cambien de ruta en mitad de la nada, porque siempre andan recto, sino porque de vez en cuando chocan entre ellos y montan un accidente de narices. Aunque es una de las gracias del juego esto suele desembocar en que no te puedes pasar el nivel porque básicamente no queda nada en lo que apoyarte. Pero como es todo tan rápido y reintentarlo no cuesta nada, te terminas acostumbrando.

El juego es bastante largo de por sí, porque tiene 90 niveles repartidos en 9 mundos que, aunque duran poco, vamos a tener que rejugar mil y una veces. Pero lo más interesante es que tiene un editor incluido en el propio juego, enlazado a Steam Workshop. Esto significa que la comunidad es quien se va a encargar de seguir nutriendo de mapas el juego, dando muchas más horas de juego.

Puede parecer una tontería, pero le da muchísima vida al título. Como son los usuarios los que deciden aquí hay muchas más libertades a la hora de crear niveles, sin siquiera tener que haber camiones en ellos. Ahora mismo el nivel más popular es uno inspirado en Wipeout (el programa de la tele), y es realmente divertido. Y no sólo este: en general son todo niveles bastante alocados.

El juego cuesta 14.99€, y aunque en PC suena a locura, me parece que está bastante bien el precio. No sólo puedes echarle decenas de horas, sino que puedes jugar en ratillos cortos para ir pasando el tiempo muerto. O intentar jugar un poco, porque seguramente termines picado igual que me pasa a mí.

Clustertruck al final me ha parecido mucho más divertido de lo que pensaba antes de jugarlo. Es cierto que el control no es el mejor y que parece hecho para emitir y gritar como un subnormal mientras mueres, pero ello no quitar para que sea un reto constante y termines picado cada vez que mueres (injustamente). Además no sólo es largo sino que tiene Steam Workshop integrado, lo que le da muchísimos niveles más.

Si buscáis algo para matar esos ratos muertos echadle un ojo. Quizá al principio no os haga mucho pero si le dais tiempo terminaréis saltando una y otra vez sobre camiones suicidas sin darte cuenta. Doy fe de ello.