Mi primer análisis del año, y lo hacemos con el juego de carreras extremas de Deep Silver, nail’d. Un juego que mezcla carreras de quads y motos con una banda sonora de lujo, con lo mejor del panorama en el metal, pero que quizás flaquea por algunos lados.

Pero bueno, tras el salto tenéis todo el análisis completo.

Aquí el propósito es sencillo, corre todo lo que puedas e intenta llegar a la meta el primero, antes de tiempo o con el mayor número de puntos. Para ello, como habíamos dicho antes, podremos coger un quad ATV o una moto, a los que podremos cambiar casi todas las piezas para mejorar su rendimiento o mejorar ciertos aspectos.

La pena es que aunque no toquemos nada del vehículo, ganar las carreras es súmamente sencillo a nada que sepas moverte un poco. Da igual que te choques mil y una vez, al hacerlo te adelantarán unos cuantos metros y seguirás liderando la carrera de cabo a rabo, al menos en el modo de dificultad normal. En casi todas las carreras que he jugado he terminado unos 15-20 segundos por delante del primero, sobretodo al principio del juego, donde era más notable.

Y como ya he dicho, da lo mismo que te choques, porque te vas a chocar quieras o no. Puedes saltar de un barranco a 240 km/h y no te va a pasar nada, pero como pilles una piedrecita en el camino te vas al suelo. Y esto a veces es bastante desesperante, sobre todo en los momentos que usamos el turbo, momento en el que vamos casi ciegos, porque de la velocidad no vemos absolutamente nada, y elegir una buena trayectoria es tarea difícil. Muchas veces terminaremos pegados a una pared, y si no nos caemos seguiremos avanzando al rebotar contra ella.

Pero en algunos niveles, como los de un bosque de pinos, hay momentos que nos caemos por darnos contra todas y cada una de las ramas del escenario, y eso una vez o dos pasa, pero que te pase casi cada vez que pisas esa pista es algo que termina cansando y desesperando. Y si nos salimos del camino principal también nos caeremos, esta vez automáticamente, haya obstáculos o no. Que esto pase podría entrar dentro de lo normal, para que no nos salgamos del escenario, pero hay momentos en los que es ilógico, por ejemplo en los saltos al vacío.

Igual tenemos que saltar y el camino que tenemos que seguir es bastante estrecho abajo, y a los laterales tiene camino llano, sin piedras ni nada. Incluso si pudiéramos caer a este camino alternativo podríamos avanzar, ya que van a dar ambos al mismo lugar, pero no. Nada más tocar algo que no sea camino nos iremos al suelo.

Y con todas estas caídas viene implícito un buen adelanto en la carrera, algo incomprensible. Alguna vez me he caído yendo tercero, con el segundo y primero casi a la par, y he revivido como primero. Esto le quita aun más dificultad al juego, ya que las caídas no son algo negativo que te hace perder tiempo en tu carrera por el oro, más bien al contrario.

No se si será por su nula dificultad o por la sensación de estar corriendo una y otra vez lo mismo, pero nail’d es un juego que no consigue enganchar lo suficiente como para hacer frente a otros juegos que tengamos. Le falta ambición al juego y ese algo que hace que queramos seguir corriendo más y más.

Los controles del juego son algo toscos al principio. Si bien es muy sencillo controlar el vehículo (acelerar, moverse para los laterales y usar el turbo) al principio no lo es tanto. No se si será por la velocidad o por qué, pero las primeras veces que jugamos una carrera parece que vayamos con el piloto automático porque no sabemos ni por donde nos da el aire. Quizás le falta un poco de sensibilidad a la hora de girar, sobre todo porque muchos escenarios están repletos de curvas muy cerradas. Y esto se empeora si conducimos una moto en vez de un ATV.

No hay ningún botón para hacer trucos, pero sí hay carreras en las que gana el que haga más puntos. ¿Y cómo se consiguen los puntos? Pues saltando y aterrizando bien. No hay más, ni aprovechar los inmensos precipicios y saltos al vacío del juego para hacer trucos ni nada, la cosa está en aterrizar bien. Eso, o pasar por las puertas que nos dan turbo, que es la mejor opción para conseguir puntos. Además, al ganar la carrera, tarea sencilla, el contador de los rivales empezará a bajar hasta que lleguen a la meta, de forma que lo normal es arrasar en estas partidas.

Unos escenarios que son claramente lo mejor del juego. Amplios, largos, llenos de detalles y visualmente impresionantes. Son lo que le da vida al juego y hace que por lo menos sigamos queriendo ver más, porque son un espectáculo para la vista. Están llenos de atajos, saltos imposibles, bifurcaciones y caminos alternativos… Hacía tiempo que no sentía lo que he sentido al recorrer estos niveles, porque son todo un gustazo.

Pero aun así, pecan en lo que habíamos dicho antes: están llenos de trampas para que nos caigamos. No se si a propósito o no, pero terminar según qué niveles sin chocarnos contra algo es poco menos que una utopía. Porque mientras que en algunos no tendremos mucho problema al haberlos jugado un par de veces, otros nos vamos a dar contra una pared sí o sí.

No es normal que en algunos saltos al vacío haya paredes o piedras en mitad de la trayectoria de salto, y que ni podamos pasarlos por encima (al tocarlos nos caemos siempre) o por debajo (porque de la velocidad que llevamos no podemos bajar tanto). Más de una vez me he chocado con el techo de un nivel, lo cual parece que quita esa necesidad de correr más y más que quiere y debe dar el juego.

Pero aun así sigo pensando que los escenarios son todo un acierto, que sumados a los efectos de agua o barro manchando la pantalla hacen que sea muy chulo el juego. Un gran trabajo en este punto, aunque se ve un poco empañado por lo que hemos dicho antes. Además, aunque sean enormes, el juego se mueve con una fluidez pasmosa, y no he notado ninguna caída de frames mientras jugaba, lo que en un juego así es importante.

La contraparte son los modelados de los personajes y los vehículos. Mientras que los escenarios son un lujo para la vista, los corredores son bastante simples y no tienen nada destacable. Además, al echar el cuerpo adelante (para hacer que los saltos sean menores), hace un efecto visual raro, que hace que el cuerpo sea muy fino. Pero bueno, a la velocidad que vamos en lo último que nos fijamos es en el corredor, al fin y al cabo.

Y el otro gran acierto es su banda sonora, de la que ya hemos hablado más de un día. Todo un regalo para los amantes del metal, y que pega perfectamente con la estética y carácter del juego y las carreras. Mirad si es importante la música en el juego, que hasta uno de los botones sirve para cambiar de canción sin tener que ir a los menús.

El juego tiene tanto multijugador online, con carreras de hasta 12 jugadores. Pero no tiene multijugador a pantalla partida, al menos en la versión analizada de 360. Sólo tenemos la opción de jugar en red local, pero ello conlleva tener más de una consola a mano.

En definitiva el juego ha sido una pequeña decepción y una pena por no haber podido aprovechar todo lo bueno que tiene y explotarlo, ya que los defectos del juego no lo dejan crecer. Nula dificultad y nulo reto para los más avanzados, que unidos a unos controles algo toscos y la sensación de estar corriendo una y otra vez lo mismo empañan un juego con unos escenarios tremendos y más que recomendados y con una gran banda sonora.

Como digo, ha sido una pequeña decepción, porque tenía bastantes esperanzas puestas en el juego y por una u otra razón al jugar he perdido algo de interés. Aun así, los amantes de estos juegos lo disfrutarán, porque entretener, entretiene.

6

Categorías: Análisis

3 comentarios

KKnot · 24/01/2011 a las 15:56

Entre este y el Pure con cuál te quedas? La verdad, trás ver unos vídeos, parecía que tenía mejor pinta.

Topofarmer · 24/01/2011 a las 16:28

@KKnot
Pues yo sinceramente me quedaría con PURE. Los escenarios molan mucho más aquí, pero PURE no pecaba de lo que sí hace este.

nmlss · 24/01/2011 a las 19:59

Se veía venir. Ya me empezó a oler mal cuando me di cuenta de que vendían este juego más por su BSO que por el propio juego en sí.

Los comentarios están cerrados.