Análisis DiRT 3 (Xbox 360)

Desde hace unos años la saga Colin McRae decidió tomar un nuevo rumbo con la serie DiRT, pasando a ser algo más que un juego de rallies. Hoy me dispongo a analizar DiRT 3, tercera parte en esta renovación y un espectáculo en todos los sentidos, ya sea visual como jugable.

Si queréis averiguar si vale la pena el juego, seguid con el análisis tras el salto.

Codemasters lleva un tiempo currándose bastante los juegos de carreras, ya se llamen Grid, F1 o DiRT. Llevan una trayectoria ascendente y creo que con el juego que tratamos ahora han llegado al culmen de los juegos de rally.

Lo primero que vemos nada más arrancar el juego son los curiosos menús del juego. Puede parecer una tontería (y lo es), pero son muy vistosos, sobre todo en el modo Campeonato Mundial, el eje central del juego. Unos cuantos tetraedros que se desmontan, convirtiéndose en las diferentes pruebas que podemos correr, bastante curioso.

Pero bueno, vamos con lo que es el juego en sí, que es lo que interesa. Como acabo de decir, el Campeonato Mundial es la esencia para un solo jugador. En este modo iremos cursando diversas pruebas, tocando todos los palos: Rally, Rallycross, Trailblazer, Gymkhana, Landrush, Head 2 Head… Dependiendo de la posición en la que quedemos, ganaremos más o menos reputación, que nos servirá para desbloquear nuevas pruebas y subir de nivel.

Al subir de nivel más equipos se interesarán por nosotros, haciendo que crezcan las posibilidades que tenemos al elegir coche antes de cada carrera. Además, dependiendo del equipo tendremos unos objetivos extra más o menos sencillos, que nos aportarán puntos adicionales para subir de nivel e irnos haciendo cada vez más famosos.

También nos sirve para, aparte de ir probando todos los tipos de carrera, poder aprender cómo funcionan las gymkhanas, la parte que más se ha promocionado del juego, aunque no la más divertida a mi parecer. Derrapes, trompos, saltos, donuts y más es lo que tendremos que ir haciendo sin descanso para ganar más puntos de cara al recuento final. Como seguramente al principio andemos un poco perdidos, hay una serie de tutoriales para aprender.

Y ahora que hablo de los tutoriales, aprovecho para decir que el juego está completamente localizado al castellano, desde los textos del menú y durante la carrera a las voces, ya sea en los vídeos de aprendizaje, antes y después de cada carrera o la del copiloto. Punto positivo a Codemasters por este detalle, porque hace aún más grande al juego si cabe.

Y si antes decíamos que la lista de tipos de carrera era larga, también lo es la de coches. Desde coches de rallies modernos a modelos más clásicos, pasando por camiones de Landrush, buggies, coches de Trailblazer… Aquí tenéis una lista completa de los coches que vienen con el juego, aunque hay más disponibles vía DLC.

Todos y cada uno de ellos perfectamente recreados tanto por fuera como por dentro, con un montón de detalles en el interior, incluido nuestro avatar de Xbox 360 como muñequito colgando del retrovisor panorámico, o pantallas de información del circuito en los coches más modernos.

Y es que uno de los puntos fuertes del juego es su aspecto gráfico, impecable en todos los casos. Los coches por fuera son geniales y se van destrozando a medida que nos golpeamos (aunque no afecta al rendimiento del coche) y por dentro son más geniales aún, desde el volante y salpicadero a las lunas que se van rompiendo, el copiloto indicándonos el camino…

Además los escenarios también brillan por su calidad, con cero problemas visuales, espectadores que son más que monigotes en el arcén (en algunos momentos veremos a alguien corriendo para cruzar de un lado de la pista a otro antes de que pase nuestro coche). Aparte de los efectos de nieve, lluvia o barro, que también son muy buenos, y que nos pondrán las cosas difíciles cuando conduzcamos con la vista interior.

Lo he jugado en consola y se ve genial siempre, no me quiero imaginar cómo se tiene que ver en un PC potente, porque puede ser un espectáculo visual de los gordos.

Y hablando de la vista interior, es de las pocas veces que he conseguido jugar a un juego con esta vista. Al principio se hace un poco raro el conducir, pero en cuanto te acostumbras a las pocas carreras es una delicia el control de casi todos los coches. Por supuesto, cada uno se comporta de diferente manera, pero en general todos son bastante manejables y agradables de usar.

Además el juego incorpora un sistema de retroceder unos segundos en el tiempo, como tenía Forza Motorsport 3. Si estamos haciendo una buena carrera y por cualquier despiste nos chocamos o hacemos un mal movimiento, en cualquier momento podemos activar las repeticiones desde diferentes cámaras, volver al momento que queramos y seguir la carrera desde ahí.

No podremos hacer esto infinitas veces (hay un número limitado por carrera), pero es muy útil cuando en alguna carrera larga cometemos un error al final y no queremos tener que reiniciar toda la carrera al completo.

También hay unas cuantas ayudas a la conducción más, como indicaciones de la trazada idónea y dónde frenar, que se pueden tanto activar como desactivar según queramos.

Como no podía faltar, DiRT 3 hace gala de un modo multijugador online que funciona a las mil maravillas, por lo menos siempre que lo he probado yo. La mejor forma de aprovecharlo es entrando en un lobby con más gente e ir corriendo diferentes carreras, mientras va rotando la pista y el modo de juego automáticamente. Y como si de un shooter online se tratara, si no gusta la siguiente carrera, se puede votar en contra para que se pase a otra.

Todas las veces que he jugado la experiencia ha sido perfecta. Cero lag, ningún movimiento raro de los coches y realmente parecía que jugábamos en nuestra consola contra bots (aunque con comportamiento humano, claro), porque el juego no sufre en ningún momento online.

Dependiendo del tipo de carrera correremos contra fantasmas (en las pruebas de rally cronometradas, por ejemplo) o directamente contra rivales «físicos» (como en carreras de dar X vueltas a un circuito). En ambos casos el juego responde igual de bien, aunque es mucho más divertido poder chocar contra gente que luchar contra fantasmas.

Además cuenta con unos cuantos modos multijugador que no se basan ya en llegar el primero a la meta, sino en cumplir objetivos. Por ejemplo el modo Outbreak, en el que empieza un coche infectado y tiene que pasar el virus a todos los demás a base de golpes, Transporter, que es el típico de llevar la bandera, Invasion, que tenemos que romper unos robots, y Cat’n’Mouse, en el que tenemos que escoltar a un coche para que llegue antes que el del otro equipo a la meta.

Como detalle que no me ha gustado mucho, viene con un VIP Pass dentro de la caja que sirve para dar acceso al juego online, subir vídeos a Youtube y cinco coches extra.

Creo que es un juego mal promocionado por Codemasters, ya que quizá se han centrado demasiado en las Gymkanas cuando el juego ofrece eso y mucho más. Llevaba tiempo sin jugar a un juego de rallies y este me ha enganchado completamente. Ofrece unos cuantos modos de juego y tipos de coches, unos gráficos espectaculares y una jugabilidad y sencillez de conducción geniales.

Quizá sí que se nota que al principio es bastante fácil el juego, pero es algo que con cambiar la dificultad se arregla. Sin duda es para mi, sin haber jugado a las entregas anteriores, un fijo en esta temática, y que no deberíais de perderos ninguno que os guste el género.