Análisis The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D (Nintendo 3DS)

Han pasado doce años y medio desde que saliera a la venta el The Legend of Zelda: Ocarina of Time original, en la ya difunta Nintendo 64. Ahora vuelve a salir una revisión mejorada y en 3D para la nueva portátil de Nintendo, bajo el nombre de The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D.

Mucho se esperaba de este juego, más aún teniendo el precedente que tiene, y creo que no defraudará a nadie que lo juegue. Ahora mismo es lo mejor que podemos jugar en la consola, aunque todavía no tiene competencia fuerte, ya sea por la historia, el efecto 3D o por el todo en general.

Seguimos con el análisis tras el salto.

Para muchos, el Ocarina original es el mejor juego de la historia. En su día fue toda una revolución, un escenario enorme y vivo, una historia simple pero resultona y lo rompedor que fue en su momento el que cambiara el tiempo para todo en el juego, ya sea los escenarios, personajes o el protagonista, Link.

Ahora esta nueva versión cuenta con el handicap, si es que podemos llamarlo así, de no tener ese factor sorpresa del que gozó hace ya más de una década. Pero a mi parecer no es impedimento para volver a ser una obra maestra que ha sabido envejecer bien, y que este lavado de cara le ha venido fenomenal.

Es una puesta al día del juego que encandiló a millones de personas en su día, con una revisión gráfica bastante notoria en la mayoría de casos, y es que al original le pesaban un poco los años en el apartado gráfico. Además del pertinente uso del 3D, que está realmente currado y se hace muy agradable a la vista.

La historia es la misma de siempre, y pocos cambios (por no decir ninguno) vamos a encontrar aquí. Link, un pequeño niño del bosque, se ve de la noche a la mañana en la misión de salvar al mundo de las garras del tirano Ganondorf, que quiere poseer la trifuerza para sembrar el mal.

Como de costumbre, una historia sencilla pero funcional que sirve de pretexto para narrarnos la larga aventura del chico sin hada. Y aun sin ser un prodigio literario, es una historia que a mi siempre se me ha hecho entretenida e interesante, sobre todo si es la primera vez que se juega, lo cual es perfecto para los que se van a acercar por primera vez al juego en este remake portátil.

Por nuestro camino iremos recorriendo varios lugares, a cada cual más diferente. Desde un volcán lleno de lava a una ciudad acuática, teniendo siempre como eje central la gran llanura de Hyrule.

Y es una aventura larga, sobre todo si no se ha jugado nunca, o si tenemos un poco oxidados los recuerdos del juego. Puede durar perfectamente entre 20-30 horas, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta la escasa duración de los títulos de hoy en día. Un montón de horas sin bajones de intensidad, en las que en ningún momento tendremos la sensación de estar pasando el tiempo sin razón.

Como hemos dicho antes, se ha hecho un lavado gráfico a todo el juego original, aunque sí que es verdad que algunas zonas están mucho menos trabajadas que otras. Pero en líneas generales y teniendo siempre en mente los elementos fundamentales del juego, sí que se nota la mejoría gráfica. Lugares como la Plaza del Mercado, el interior de las tiendas o personajes no tan imprescindibles como Dampé el Enterrador se ven más detallados y con mejores texturas.

Pero también hay que reconocer que algunas partes menos importantes, como son algunos personajes que no tienen trascendencia, o lugares como la sala donde reposa la Espada Maestra, no están tan trabajados, y aunque el resultado no está mal, se podría haber hecho más.

Y no podíamos obviar el efecto 3D, principal mejora del título. Un efecto 3D muy bien implementado y que se hace agradable de ver, ya que no es algo que nos sorprenda continuamente, sino que al jugar nos ayuda a meternos en el juego, pero que se nota su falta al jugar en 2D.

Pero también hay momentos puntuales en los que parece que la imagen salga de la pantalla, como cuando Link recibe un medallón y la cámara desciende desde el techo. Son situaciones escasas, pero ayudan a darle un poco más de espectacularidad a la escena que acompañe.

Pero no sólo aprovecha las capacidades 3D de la consola, sino que hace uso de unas cuantas características más para hacer más cómoda la experiencia jugable. Y el claro referente aquí es la pantalla táctil, que hará de menú rápido en todo momento, aparte mapa e inventario. Hay dos objetos que podremos asignar a los botones X e Y, y otros dos a unos botones virtuales en la pantalla táctil llamados I y II, aparte de uno fijo para la ocarina.

Adiós al sufrimiento que era el Templo del Agua, porque ahora no hay que pausar el juego ni parar en ningún momento para los cambios de botas, que se hacen sin esfuerzo en un segundo. Y lo mismo que este templo, cualquier lugar en el que tengamos que cambiar de botas, que ya no será el coñazo que era antaño. Además aunque tengamos que reasignar estos botones, siendo la pantalla táctil y pudiendo ir tan rápido al menú, no tardaremos nada en hacerlo.

Pero no sólo usa la pantalla táctil, sino que también hace gala del giroscopio de la consola, aunque este modo de controlar la vista es opcional. En cualquier momento podremos mover unos grados la cámara pulsando L y moviendo la consola, bastante útil para tener una vista más amplia del escenario. Pero también podremos apuntar objetos como el tirachinas o el bumerán gracias al movimiento de la consola.

Pero como he dicho antes, esto es opcional, y podremos mover la cámara también con el stick analógico. Un stick que responde perfectamente en cualquier situación, pero no se si será por el tamaño de la consola o por qué, pero en algunos momentos se me resbalaba el dedo, tal y como le pasaba a nmlss. Sólo me ha pasado un par de veces, e imagino que será por estar jugando varias horas seguidas y que se caliente la consola, haciendo que las manos me suden un poco.

Y no nos podíamos olvidar de la música, elemento fundamental en la saga, y más aún en este juego. Las melodías que todos tenemos grabadas en la cabeza vuelven a sonar igual que lo hacían en el pasado, a excepción de una que ha sido re-orquestada. Si no me equivoco se trata de la canción de la Llanura de Hyrule, que suena mejor que nunca.

Quizá una renovación completa de la banda sonora le habría sentado de lujo, haciendo la aventura aún más épica, pero no ha podido ser, desafortunadamente.

Y como habréis podido adivinar si habéis leído hasta aquí, el juego sigue siendo igual de divertido que en su día. Es un juego largo, y más aún si nos dedicamos a hacer misiones secundarias, como son las máscaras, recoger las skulltulas doradas y demás. Siempre hay algo que hacer en el juego si no queremos ir al final y queremos disfrutar del mundo que se nos plantea.

Además, tendremos la posibilidad de luchar directamente contra los jefes finales, una vez ya los hayamos derrotado. Una forma de rememorar las batallas que
ya hemos librado, sin tener que recorrer otra vez el templo completo.

Y sin olvidarnos por supuesto del Master Quest, versión más difícil del juego y con todos los escenarios invertidos horizontalmente. Esto queráis que no, complica bastante las cosas, sobre todo al principio, ya que andamos un poco perdidos después de haber pasado tantas horas con el juego al derecho. Para desbloquearlo tendremos que habernos pasado antes el juego en su versión normal.

El juego normal no es un juego difícil, pero tampoco es algo sencillo. Sobre todo para aquellos jugadores que nunca lo hayan jugado antes, y es que si bien el inicio es muy sencillo, según avanzamos en más de un lugar nos tendremos que parar a pensar qué hacer para poder continuar la aventura. Y si queréis más dificultad, al Master Quest.

Como punto positivo final, decir que el juego viene completamente traducido al castellano, y con una traducción muy buena, como nos tiene acostumbrados Nintendo. Bravo por este detalle.

The Legend of Zelda: Ocarina of Time 3D es un lavado de cara y puesta al día del Ocarina of Time original, y por ello sigue siendo igual de genial que lo fue en su día. Seguramente ya no sorprenda tanto como hace trece años, pero no por ello deja de ser una obra maestra que nadie debería perderse.

Un 3D agradable y trabajado, mejoras en la jugabilidad y gráficos, y el genial juego de siempre. Quizá se podrían haber metido más mejoras al juego, pero no por ello esta versión desmerece nada.