Análisis FIFA 12 (Xbox 360)

FIFA 12 es uno de esos juegos deportivos que necesitan superarse cada año para no caer en que son meras actualizaciones de las plantillas con algún detalle pulido. Hace unos años fue toda una revolución que le valió alzarse en el trono de los juegos futbolísticos, y como podréis leer en el análisis, no se han dormido en los laureles.

Lo primero que sorprende al jugar a FIFA 12 es que la forma de defender está renovada de arriba a abajo. Se acabó el robar todos los balones que nos pasaban cerca casi sin esfuerzo o el correr pegados a alguien hasta que se lo quitemos. Ahora es diferente.

Más que nunca, tenemos que controlar el momento exacto en el que hacer la entrada ya que si no calculamos bien seguramente nos quedaremos con las ganas de recuperar la posesión. Ahora la entrada débil es más fuerte y con movimientos más amplios que en otras ocasiones, así que fallar significa perder la velocidad y que el delantero se escape.

Ahora bien, este tipo de defensa tiene tanto sus pros como sus contras:

Como punto a favor decir que es más realista y que como sucede en la realidad, o aciertas o fallas estrepitosamente, se acabó eso de que sea sumamente sencillo recuperar balones. Y ahora el correr con el botón de entrada débil sirve más para provocar un fallo (agarrando la camiseta al rival, por ejemplo) que para quedarnos con la bola.

Pero como punto en contra hay que decir que esto no se aplica con la máquina. Encarar cara a cara es más complicado que nunca y o hacemos el regate en el momento exacto o nos quitarán el balón una y otra vez. Y este nuevo modo de defensa viene también a confirmar una IA muy descompensada en según qué casos.

Cuando aún no dominemos mucho este nuevo tipo de defensa es realmente frustrante. Eso sí, una vez lo hagamos estaremos pensando en cómo habíamos vivido hasta ahora sin este adelanto.

No es nada raro que si jugamos en un modo de dificultad elevado los jugadores controlados por la consola sean capaces de dejar a toda tu defensa en ridículo, al tiempo que se meten hasta lo más profundo del área. Sinceramente, no es normal que un jugador del Albacete (por decir un equipo y con todos mis respetos) sea capaz de dejar a la defensa titular de un equipo de primer nivel con un palmo de narices y que todos tus esfuerzos sean incapaces de hacer nada.

También casi cualquier entrada débil que hagamos y cometamos falta se amonestará con cartulina amarilla, incluso se castigan más a menudo que las entradas fuertes. Eso sí, da lo mismo que la consola te lesione hasta al utillero, se irán de rositas la mayoría de ocasiones. Y esto creo que es causa del nuevo motor de colisiones que han implementado.

Un motor que al ser nuevo no está completamente afinado y que a veces juega malas pasadas y hace creer al juego que una entrada ha sido más dura de lo que ha sido en realidad. Eso sí, está más refinado que en la demo y yo al menos no me he encontrado con ningún bug en las caídas ni ningún jugador volando y demás, así que tranquilos.

Cuando en posteriores entregas se vaya mejorando este motor va a ser un gran adelanto, pero ahora a veces se nota su inexperiencia, aunque cumple en la mayoría de casos.

Pero dejando a un lado la inteligencia artificial descompensada y los árbitros demasiado rigurosos, estamos ante una versión vitaminada y mejorada de lo disponible en anteriores entregas. FIFA 11 era bueno y FIFA 12 potencia las virtudes y corrige algunos errores.

Sigue siendo un juego divertidísimo e infinito de jugar si nos gusta el fútbol. Cada partido es un mundo y poco tiene que ver con el resto de encuentros, haciendo que cada vez que juguemos nos encontremos un desafío diferente.

Como siempre, vuelve a haber un montón de modos que seguro que todos conoceréis, y de los que me quedo con el modo Carrera. Podremos ser tanto jugador como manager, o una combinación de ambos, y poder disputar encuentros con nuestro Virtual Pro (nuestro jugador creado). Y es al jugar con éste cuando más divertido es todo.

Al crearlo y elegir la posición en la que jugará se le asignarán automáticamente unos puntos de habilidad en las diferentes categorías (tiro potente, regate, colocación, control con la pierna mala…). Según vayamos jugando y cumpliendo objetivos con él (como hacer tres regates seguidos, meter un gol desde más de 25 m, marcar con la pierna mala…) nos subirán automáticamente estas estadísticas, haciendo que nuestro jugador pase de ser uno más a ser una auténtica estrella mundial.

Por supuesto, si elegimos también la opción de ser manager nos tendremos que ver con los fichajes, alineaciones, contratos de los jugadores y demás. De nuestro éxito depende la viabilidad o no del club, así que habrá que ir con cabeza.

También está de vuelta el modo Ultimate Team, que tanto éxito ha tenido en anteriores entregas. Aquí iremos formando el equipo a base de cromos que vayamos consiguiendo, en una forma diferente de manejar un equipo de fútbol.

Y por supuesto, si hablamos de fútbol hablamos de jugar partidos online, fuente de inagotables horas de diversión. Como siempre, un juego fluidísimo y sin problemas de lag, garantizando una experiencia perfecta en la mayoría de casos.

También hay ligas online en las que a medida que vayamos jugando iremos sumando puntos para nuestro equipo favorito, y teniendo en cuenta estos puntos se confeccionan unas clasificaciones a nivel mundial. Muy apañado, vamos.

Por supuesto sigue habiendo partidos 11 contra 11, en los que no es raro ver a 6 jugadores detrás de la pelota, como si fuera el patio de un colegio. Pero de vez en cuando encontramos gente con dos dedos de frente y se hacen bastante amenos (dependiendo de la posición en la que se juegue).

Gráficamente el juego sigue la estela que ha ido dejando tiempo atrás. Las caras de los jugadores son lo más de lo más e incluso hay jugadores de talla mundial que se parecen sólo ligeramente a su versión real (tengo a Cristiano Ronaldo ahora mismo en mente). Eso sí, las animaciones siguen fluidísimas y a un altísimo nivel, así como los choques y colisiones en los encontronazos.

Realmente FIFA es un juego que mira mucho los detalles que aun siendo a veces casi imperceptibles, hacen al juego aún más grande. Esto viene como pequeña anécdota para que veáis de lo que hablo:

Mi versión del juego es la versión inglesa, en la que los comentaristas no están continuamente hablando y se puede escuchar perfectamente la megafonía del estadio. Normalmente se escuchan los cambios, pero el otro día fue diferente. Lo que se podía oír fue: «Al propietario del deportivo plateado con matrícula 3850, que pase a recogerlo».

Esos son detalles que podríamos escuchar en un campo de fútbol real y que realmente dan una alegría al percibirlos en mitad de un partido. Y no sólo eso, también mejoras en los saques rápidos de banda o de falta indirecta, en los que nuestro jugador correrá a por la pelota, la traerá de vuelta y sacará. O el devolver la bola al rival cuando se ha parado el juego por un jugador tendido en el suelo.

Son pequeños granos de arena, pero que juntos forman la gran montaña en la que se ha convertido FIFA. Montaña que si siguen así parece que no va a dejar nunca de crecer.

FIFA 12 ofrece una nueva apuesta con un modo de defensa completamente renovado y un motor de colisiones muy pulido con respecto a la demo, aunque a veces juega alguna mala pasada (no veréis jugadores volando, tranquilos). Es un juego al que hay que dedicarle unas cuantas horas para terminar de entender esta nueva defensa y conseguir que la a veces descompensada IA no nos deje en ridículo.

Pero una vez nos hagamos al juego, tenemos un título que nos ofrece un número de horas sólo limitado por nuestras ganas de jugar. Cada partido es diferente al anterior y el online, que funciona perfecto, alarga la vida del juego enormemente.