Análisis Metal Gear Solid 3D: Snake Eater (3DS)

Hace un par de meses apareció en el mercado Metal Gear Solid 3D: Snake Eater para Nintendo 3DS , una adaptación del clásico de Play Station 2 lanzado en 2005 en Europa. Con la presencia de Metal Gear Solid HD Collection en PS3 y 360 y la futura (aunque sin Peace Walker) edición de Vita, muchos se preguntarán si esta versión tiene contenido suficiente para justificar su precio. Si aún estáis dubitativos, os invito a leer el análisis tras el salto.

Para los que no estén familiarizados con la saga, Snake Eater se trata de la tercera entrega de Metal Gear Solid y a su vez la primera en la línea argumental. Ambientado en 1964 con el trasfondo de la Guerra Fría, el agente secreto norteamericano Naked Snake es enviado a la jungla de la Unión Soviética para evitar un conflicto que podría detonar la Tercera Guerra Mundial.

La infiltración y la supervivencia juegan un papel esencial en esta aventura de acción y sigilo con unos grandes valores de producción, como lo demuestran su doblaje y cinemáticas. No voy a entrar en muchos más detalles sobre el juego en sí, dado que jugablemente es una versión prácticamente intacta a la de PS2, con la cámara libre de la versión Subsistence. El juego dura unas 15 horas y ofrece rangos, armas y diversos objetos desbloqueables.

Ahora centrándonos en el contenido de esta versión, nos encontramos con que los controles por defecto son similares a los de MGS: Peace Walker de PSP: con el stick nos movemos y con los botones ABXY controlamos la cámara, dejando la cruceta y los botones L y R para las acciones. Se deja jugar de esta manera, pero puede dar problemas en los momentos con mucha acción. Hubiera estado bien que incluyera una opción para jugarlo con la cámara fija de la versión original, solventando así muchos problemas por falta de botones.

Como alternativa, podemos usar el accesorio “Botón Deslizante Pro” para obtener un esquema de control más preciso y fiel al de PS2, moviendo la cámara con el stick añadido y dejando los botones ABXY para las acciones.

Aparte, se han añadido unas pocas novedades en el control como poder andar agachado (al igual que en MGS4) y una cámara en tercera persona sobre el hombro para apuntar. El uso del giroscopio es anecdótico: nos servirá para mantener el equilibro en ciertos momentos y para hacer malabares con el revolver, pero no para apuntar el arma.

Uno de los elementos más cuidados de esta versión es la adaptación de la interfaz. En la pantalla táctil se muestra el mapa, los objetos equipados, la barra de vida, el índice de camuflaje y el resto de información, quedándose la pantalla superior totalmente despejada. Podemos acceder directamente y controlar cualquier submenú de forma táctil.

Gráficamente el juego es muy parecido a la versión de PS2. Los modelados y texturas son prácticamente idénticas, con algún efecto normal mapping añadido para darle relieve a ciertos elementos y personajes y una paleta de colores un poco más viva. Los problemas vienen con el bajo rendimiento del juego, manteniéndose a 20 imágenes por segundo con bajones notables en cinemáticas y cuando hay muchos efectos en pantalla. Quitando el 3D ni mejora la calidad de la imagen ni la fluidez, lo contrario a otros títulos de la consola. No sé si se tratará por falta de optimización o por problemas para adaptar el juego en 3DS, pero este aspecto es muy decepcionante.

El efecto 3D es muy satisfactorio, siendo al nivel al máximo algo más fuerte que la media de juegos de la consola. No beneficia a la jugabilidad, pero los paisajes y sobre todo las escenas cinemáticas ganan mucha espectacularidad. El 3D se desactiva automáticamente cuando se tiene que usar el sensor de movimiento o, extrañamente, cuando apuntamos en primera persona.

Todos los diálogos de la versión original se han conservado, incluso añadiendo unas pocas líneas más mencionando algunas funciones nuevas. La banda sonora no ha sufrido tampoco ningún recorte ni pérdida de calidad.

Otro añadido exclusivo en esta versión es la posibilidad de usar las fotografías guardadas en la consola para crear nuevos trajes de camuflaje. No tiene mucha utilidad en el juego, pero es un añadido bastante gracioso. No hay nada mejor (y a la vez anticlimático) que ver en pleno juego y en las escenas el traje de Snake con estampados de la cara de tus amigos, mascotas… o cualquier cosa que se te ocurra.

Además de la sustitución de las ranas Kerotan por Yoshi (que sirven como objetos coleccionables), no hay mucho más contenido nuevo. Ni los extras de la versión Subsistence, ni el modo teatro, ni la demo técnica The Naked Sample y, como era de esperar, tampoco el modo multijugador. Otro punto negativo es la presencia de una única ranura de guardado, impidiendo que dos personas puedan tener su propia partida y obligándote a reemplazarla si quieres empezar el juego en otra dificultad.

Metal Gear Solid 3D: Snake Eater, aun siendo gran juego,  no es la mejor opción ni la más barata para poder jugar a Snake Eater. Las versiones HD Collection salen más rentables, dado que tienen mucho más contenido. Tampoco ofrece gran cosa respecto la versión de PS2, sobre todo si lo comparamos con la versión Subsistence. Pero, si no tenéis ninguna opción más para jugarlo, ya sea porque no tenéis PS3, 360 o no habéis jugado al original, os recomiendo que lo tengáis en cuenta.