Análisis Animal Crossing New Leaf (Nintendo 3DS)

¿Conocéis a alguien con una Nintendo 3DS y que todavía no tenga Animal Crossing New Leaf? Parece difícil de creer, pero cuenta la leyenda que sigue habiendo gente así ahí fuera. Tengo miedo de poder cruzarme algún día con una persona así, pero la vida es dura y hay que vivir con ello.

Mientras tanto, el resto de nosotros seguimos en nuestro pueblecito y en este juego que nadie sabe explicar muy bien qué es, pero que estamos todos enganchados. Voy a intentarlo yo.

Animal Crossing va de… va de… no lo sé. Llegas a tu pueblo y de repente eres el alcalde, empiezas a vivir en una tienda de campaña y cuando te quieres dar cuenta llevas horas cogiendo fruta de los árboles, hablando con los extraños vecinos y pescando y cogiendo insectos en una isla tropical y poniendo en Twitter fotos de las tonterías que te encuentras.

Aquí no ganas ni pierdes, porque no hay un objetivo más allá del «haz lo que quieras». Es un juego para relajarse, pasar el rato y matar esos ratillos en los que no sabes qué hacer. Lo malo es que el título es crack digital, así que esos minutos y ratillos seguramente terminen convertidos en decenas de horas, y terminéis con mono o sintiéndoos mal si algún día no habéis podido jugar y habéis dejado un par de galletas de la suerte sin comprar.

Pero así es Animal Crossing, y hay que probarlo para darse cuenta realmente de lo que tenemos entre manos, nunca mejor dicho.

Los anuncios de Animal Crossing hablan de millones de posibilidades, y seguramente no se queden cortos. La cantidad de contenido es una auténtica burrada, hasta el punto de que estoy empezando a desarrollar Síndrome de Diógenes al intentar no tirar ni vender objetos de la casa, y ya me estoy quedando sin sitio donde guardar objetos.

Además no sólo es que haya un montón de muebles, de ropa, de decoraciones y de objetos especiales, es que también podemos crear nuestros propios diseños y lo más importante, compartirlos mediante códigos QR. Con estos diseños personalizados podemos desde crearnos ropa a la bandera del pueblo, murales para poner la cara, papel para la pared y demás. Y como siempre, la comunidad se lo curra, así que hay auténticas maravillas por ahí.

Para mi gusto es además el juego perfecto para 3DS, tanto porque se juega bien en sesiones cortas como por lo social que es. Ha conseguido que ahora lleve la 3DS encima para conseguir monedas de juego (de las que dan con los pasos) con las que conseguir objetos especiales y para el uso de Streetpass, para cruzarme con gente por la calle y poder visitar luego sus casas y decidir si quiero comprar algo.

Por supuesto también tiene multijugador, tanto local como online, pudiendo visitar el pueblo del otro, ir a la Isla Tortimer en grupo, competir en minijuegos de pesca y demás. Y una de las cosas que han hecho que mi Timeline de Twitter esté invadido, la posibilidad de sacar fotos directamente desde el juego y luego subirlas a Twitter, Facebook o Tumblr.

En esta entrega somos el alcalde de nuestro pueblecito, así que podremos tomar algunas decisiones que afectan al desarrollo del mismo.

Lo primero, aplicar ordenanzas municipales para que los comercios abran antes, para que cierren después, para que los vecinos se ocupen de las flores y malas hierbas… Yo tengo puesto que las tiendas cierren tres horas más tarde, y es un auténtico alivio si algún día casi no paso por casa y sólo puedo estar por la noche.

Lo otro en lo que tomaremos medidas es en la construcción de obras para el pueblo. De entre la lista de peticiones de los ciudadanos, podremos poner puentes extra para el río, construir fuentes, farolas, bancos… Todo esto pagado de nuestro bolsillo, y tristemente aquí no hay opción de desviar fondos municipales ni de recibir sobres con el aguinaldo.

Y como somos quien está al mando, tendremos que decidir qué bandera queremos, la melodía del pueblo y si queremos mantener la armonía, intentarnos llevar bien con todos los vecinos y ver si queremos que se vayan o no. Al final vamos modelando poco a poco nuestro lugar de vida y dejándolo como nos gusta.

Animal Crossing New Leaf es adictivo como él solo, aunque no es fácil de explicar el porqué de ello. Es uno de esos juegos en los que la publicidad te vende realmente lo que hay: «haz lo que quieras». Y eso es lo que terminas haciendo, viviendo una segunda vida digital mientras pescas, cazas bichos, recoges fruta y te relajas un poco.

Es difícil intentar explicar Animal Crossing porque es un juego que se sale de la norma y no hay nada igual ahí fuera. Pero si tenéis una 3DS es uno de esos juegos que hay que tener, porque además os va a durar todo lo que queráis. Imprescindible.

Por cierto, se me había pasado comentarlo, pero un 10 a la tarea de localización y traducción del juego. Es sin duda de lo mejor del juego.

Si queréis ayudar a pagarnos las vacaciones: Animal Crossing: New Leaf | Animal Crossing: New Leaf (UK)