Análisis The Legend of Zelda: A Link Between Worlds (Nintendo 3DS)

Si partimos de la premisa de que A Link to the Past es mi Zelda favorito, podéis imaginar las expectativas que tenía con esta secuela para 3DS. Pero oye, The Legend of Zelda: A Link Between Worlds ha sido una sorpresa bastante agradable, y ahora os cuento por qué.

El juego transcurre un montón de años tras ALttP. Un tal Yuga aparece parar sembrar el mal, convirtiendo a los Siete Sabios en cuadros y Link, un chavalillo ayudante del herrero, se tiene que convertir en un héroe para salvar Hyrule. En eso descubre unas fallas que conectan Hyrule con su contraparte Lorule, un mundo en decadencia y de donde proviene Yuga.

Y luego ya todos os imagináis de qué puede ir el juego, porque todos ya conocéis la fórmula de Zelda: exploramos mazmorras, vamos salvando a los Sabios y luchamos contra el mal. Aunque en esta entrega se han hecho unos cambios en esta fórmula tan clásica, que son las principales novedades del juego. Y por lo que he leído, o las amas o las odias.

En este juego, a diferencia de los anteriores, consigues las armas alquilándolas en la tienda de Rovio, no dentro de las mazmorras. Esto implica que se acabó el conseguir un nuevo objeto y que la mazmorra esté basada en él y los anteriores, y es aquí donde está la polémica.

Ahora las mazmorras están basadas en un objeto y casi siempre en un objeto. El juego no puede presuponer que vas con ciertas armas en el inventario, así que sólo se suele necesitar una, que te indican en la entrada del templo. Y así, con un sólo objeto te puedes pasar la mazmorra en casi todos los casos.

¿Eso es bueno o malo? Pues habrá gente a la que no le guste, pero a mí personalmente no me ha importado demasiado. De hecho, las mazmorras de este juego me han gustado bastante porque son más… ágiles. No sé cómo expresarlo, pero me entendéis. Vale, ahora el uso de objetos es más simple, pero no es algo que me importe demasiado, no juego a un Zelda para cambiar entre mil objetos, sino por vivir la aventura en sí.

Aparte de eso, también nada más entrar a la mazmorra ya tenemos el mapa completo en la segunda pantalla (la brújula para saber dónde están los tesoros sí que hay que encontrarla). Te da una idea ya desde el principio de por dónde ir y dónde puede haber caminos secretos, lo que le quita bastante sensación de tener que ir explorando y partiéndonos el coco.

Porque en general el juego está hecho para que cualquiera pueda ir avanzando, lo cual tampoco es que sea malo de por sí. De hecho a mí me ha gustado muchísimo el juego, y en cuanto tenga tiempo no me importaría jugar el Modo Héroe (donde los enemigos quitan más vida) o un desafío de tres corazones, aunque esto puede ser imposible viendo la de corazones que he palmado a lo largo de las quince horas que me ha durado.

Se supone que eso que comentaba antes de alquilar las armas te da más tensión porque si mueres pierdes todo y toca volver a alquilarlo, pero la verdad es que tras la primera mazmorra tenía dinero para alquilar todo y al final del juego era millonario, así que poco me importaba eso.

Lo que sí hace es dar más libertad a la hora de jugar, porque ahora tú decides en qué orden puedes hacer las mazmorras y a dónde quieres ir ahora. No estás obligado a ir en un orden lineal como antes, sino que tú eres quien marca el camino.

Luego la otra habilidad sobre la que gira el juego es esa posibilidad de convertirnos en un dibujo en la pared y llegar a lugares de otra manera inalcanzables. Me ha gustado bastante, no ya porque te hiciera pensar un poco más en las mazmorras y abriera más caminos, sino porque la propia exploración del mundo es mucho más completa ahora. Es una mecánica que aunque dudo que volvamos a ver en otras entregas (aquí está justificada por el argumento) me ha dejado bastante satisfecho.

El escenario que hay es una maravilla y tiene un diseño soberbio, tanto en un mundo como otro, y explorarlo a fondo nos costará lo suyo. Siempre hay algún secreto escondido o algún camino del que antes no te habías percatado.

Gráficamente a mí me ha gustado y no sólo por las elecciones de diseño, sino por la fluidez del juego. Va a 60fps (también en 3D) y se nota una burrada. Es dejar el juego y que el resto te parezcan toscos, porque en serio, es rápido, va bien y todo va como un tiro. Da placer jugar así. El apartado musical no creo ni que debiera comentarlo. Escuchad esto y disfrutad.

Y bueno, siendo el juego que es, y siendo secuela de quien es, las comparaciones con A Link to the Past parecen inevitables. Y aguanta muy bien el tipo. Si jugasteis al clásico de Super Nintendo veréis personajes de vuelta (más bien sus descendientes) y tendréis esa sensación de vivir lo mismo pero de otra manera. Para mí sí es la secuela que esperaba y aunque podría haber cosillas mejor, me parece una maravilla.

The Legend of Zelda: A Link Between Worlds es la guinda del pastel que ha sido un año genial para 3DS. Un Zelda que se nota que está diseñado para ser portátil, porque es más rápido y no tan pesado y denso como los de consola, y se nota. Pero no por ello peor. Es más, a mí me ha parecido una maravilla y las novedades, tanto el cómo se consiguen las armas como el hacerte un dibujo, me han gustado.

Para mí, imprescindible.