Análisis Bravely Default (Nintendo 3DS)

Ya está aquí Bravely Default, el nuevo JRPG de Square-Enix con ese regustillo clásico que tanta expectación está generando entre los usuarios de 3DS. De hecho, la presentación del juego el otro día estaba hasta arriba, cosa de la que me alegro.

Tras haberlo jugado creo que ya es hora de contaros qué tal, justo antes de la salida.

Pues muy bien. Muy, muy bien. Si habéis probado la demo, cosa que deberíais haber hecho, tendréis ya una buena imagen de qué es lo que os puede esperar en el juego. Pero lo suyo es que me explaye un poco más.

Lo de clásico es con todas las letras. El guión es un cliché de los RPG y que recuerda muchísimo a las primeras entregas de Final Fantasy. Los cristales protegen el mundo y de repente un día las cosas se empiezan a torcer y el pueblo de Tiz Arrior, protagonista masculino, desaparece convertido en un enorme cráter, dejando al chico sin nadie en el mundo. Se juntará a Agnès (protectora de los cristales), Ringabel (un amnésico obsesionado con ligar) y Edea (que se reconvierte desde el bando enemigo) para aventurarse por el mundo, descubrir qué está pasando y arreglar las cosas.

Es curiosa la actitud de los personajes y sobre todo de Agnès, porque ninguno es un héroe ni quieren serlo, pero parece que no les queda otra. Además podremos ir ahondando un poco más en sus pensamientos mediante unas conversaciones opcionales que van apareciendo cada cierto tiempo y que aparte de dar pistas o consejos sobre cómo funciona el juego, también nos van revelando un poco el trasfondo de los personajes. Y lo que veremos con tanta conversación entre sí es que al final son todos bastante entrañables y se les coge cariño.

Pero por lo general es una historia bastante común en juegos de este tipo. Tampoco creo que eso sea algo malo porque creo que es justamente lo que buscábamos los que estábamos pendientes del juego.

Ya lo comentó TheFireRed en su día, pero creo que hay que remarcar que por lo que destaca el juego es por el sistema de combates, con Brave y Default. Brave es una opción de poder gastar turnos «por adelantado», hasta un máximo de cuatro, para poder atacar más seguido, con la contra de que luego estás esos mismos turnos esperando para moverte. Default es lo contrario, quedarte defendiendo un turno para acumular Bravely Points y luego poder atacar varias veces sin penalización.

Lo que hace este sistema son dos cosas básicamente. La primera es añadirle otra capa de estrategia al juego, teniendo que decidir si queremos luchar más a lo loco o esperar (por ejemplo, si el enemigo se está cubriendo). La segunda, y la que más me gusta, es que ayuda muchísimo a grindear. El juego tiene un modo automático que repite la última configuración de ataques que decidiste manualmente, así que para recoger experiencia sólo hay que dar vueltas por la zona que queramos y que todos ataquen cuatro veces seguidas, de forma que en un turno acabemos con el enemigo. Puede parecer que le quita gracia al sistema de niveles, pero se agradece.

Si a esto además le añadimos la posibilidad de cambiar la frecuencia con la que aparecen enemigos (y la dificultad, por si os bloqueáis) hasta el punto de hacer que no tengamos combates aleatorios, cosa perfecta si hay que volver de emergencia a la posada, nos queda un arreglo para problemas clásicos de los JPRG, como decía TFR en sus impresiones.

También hay que destacar la vuelta del sistema de oficios, similar a la que había en Final Fantasy V. Están desde los clásicos Caballero, Mago Negro, Mago Rojo o Ladrón, hasta cosas como Pirata, Ninja o Vampiro. Aparte del nivel que tenga nuestro personaje, que es independiente de los trabajos, cada oficio tiene también un nivel y una barra de experiencia, que permite desbloquear nuevas habilidades y hacernos más fuertes según avancemos.

Además, aparte de la clase principal, podemos tener una secundaria de forma que combinemos habilidades que hayamos desbloqueado ya, pudiendo dejar cosas como un Mago Negro con, aparte de sus ataques de magia negra, hechizos de magia blanca como Cura. Y esto facilita mucho las cosas, porque todos los personajes son más versátiles. En nuestra mano está el cómo combinar todo para dejar unos personajes perfectos.

Por cierto, los oficios no están desbloqueados sino que cada vez que matemos un jefe final, ya sea de la historia principal como de las secundarias, obtendremos un asterisco que desbloquea la clase del jefe. Así, si matamos a un jefe final Mago Negro, desbloquearemos esa clase para nuestros personajes. Hay un montón de clases y llegar a dominar todas es imposible, pero sí merece la pena perder el tiempo en ir a desbloquearlas, porque algunas son muy útiles.

Y dejando de lado el tema de la jugabilidad, el juego entra mucho por los ojos y los oídos, a no ser que seáis linkale y no sepáis apreciarlo. Los escenarios y ciudades están pintados a mano y son para quedarse con la boca abierta un buen rato. Los personajes sí están en 3D pero combinan perfectamente porque todo es precioso.

Y no sólo eso, la música que ha hecho Revo es para quitarse el sombrero. Ya sean temas super clásicos como el de la batalla, unos tranquilitos como Beneath the Hollow Moon o más moviditos como Love’s Vagrant. Si queréis ver algo chulo, mirad este medley en directo de las canciones de batalla con el propio Revo y Marty Friedman.

Por supuesto está en castellano y con la posibilidad de tener voces en inglés o japonés. Porque es curioso, pero la mayoría de diálogos tienen voz, algo que no me esperaba en un juego portátil.

Os podría contar muchas más cosas, como un pequeño sistema de misiones y recompensas, la reconstrucción de Norende con gente que te cruzas en Streetpass o el invocar al personaje de un amigo a la batalla, pero tampoco quiero largar demasiado porque es un juego que de verdad merece la pena ir descubriendo uno mismo.

Bravely Default es todo un homenaje y modernización del concepto clásico de JRPG, que espero que Square-Enix no estropee en futuras entregas. Si sois fans del género imagino que ya estaréis esperando para ir a la tienda, o incluso ya con el juego en la 3DS, pero si no, deberíais echarle un ojo.

Es bonito, se carga de un plumazo las partes tediosas del género y la vuelta del sistema de trabajos y el sistema Brave-Default le da una complejidad extra que se agradece. Para mí es imprescindible.