Análisis Super Smash Bros. para Wii U

Tras hablar en su día de la versión portátil de Smash Bros, hoy toca ponernos con Super Smash Bros. para Wii U, la que según Sakurai muestra el verdadero potencial de Smash. Y razón no le falta, porque ha puesto todo lo que ha podido y más en el disco, y ahora Smash es mejor que nunca.

Teniendo ya una versión portátil, el reto de Smash es que fuera algo más que una versión con mejores gráficos. La versión de 3DS, aun con sus carencias, cumplía muy bien y estaba llena de contenido. Le fallaban algunas cosas, pero podía ser suficiente para saciar de Smash a más de uno. Pero por suerte (para los que tenemos Wii U), la versión de consola ha vuelto con más fuerza y ha dejado prácticamente obsoleta a su hermana pequeña.

Aunque sean dos versiones de en principio el mismo juego las similitudes que comparten es que tienen los mismos personajes, que es un Smash y que los menús los hace la mujer de Sakurai. En esta versión de sobremesa hay nuevos modos de juego, nuevos modos de Smash, nuevos escenarios, nuevos desafíos, nuevos eventos, nuevos trofeos, nueva música… Son dos versiones bien diferenciadas y, lo mejor de todo, no excluyentes.

Lo primero en lo que te fijas al jugar es en lo bien que va todo a la hora de jugar. El juego va fluidísimo, los gráficos son muy buenos, las animaciones mejor y todo encaja entre sí. Siempre me ha parecido encomiable el hacer que tantos personajes y tan diversos puedan quedar bien a la hora de juntarlos todos en un mismo escenario. No hay nada fuera de lugar, todo parece haber salido del mismo sitio. Además ahora los personajes son muchísimo más expresivos, lo que le da un aire aún más cómico al juego que le sienta muy bien.

E igual que pasa con los personajes, pasa con los escenarios. Por una parte me ha gustado toda la variedad que hay y que la mayoría sean dinámicos y vayan cambiando cada poco tiempo, pero por otra parte también echo un poco en falta más escenarios que no se meneen tanto. Para eso están las versiones Omega, sí, pero ni tanto ni tan poco. Esa es quizá la mayor pega que le veo al juego, y es prácticamente nimia.

La música se merece mención aparte. Creo recordar que hay casi 450 canciones, una auténtica locura. Y lo mismo para trofeos y accesorios. Resume un poco lo que son los juegos de Sakurai: contenido casi infinito para desbloquear. Desde luego es algo que no se puede pasar por alto, y más en una época en la que se estila precisamente lo contrario.

Una de las cosas que más me gusta que haya mejorado es toda la vertiente multijugador local. No ya por los obvios Smash entre cuatro (¡u ocho!), sino en el resto de modos. Cuando jugué a la versión 3DS eché un montón de horas tanto a Leyendas de la Lucha como a La Senda del Guerrero. Eran métodos fáciles de conseguir trofeos y dinero y me lo pasaba pipa jugando. Ahora lo bueno es que puedo jugar a ambos modos, y a alguno otro más, con un amigo en el sofá sin mucha complicación. Y así mejoran un montón.

Porque Smash al final es un poco eso, el combate multijugador local. Podrá tener combates online (que por suerte ya funcionan), pero la auténtica experiencia es cuando te sientas en un sofá con más gente y os liáis a palos. Y aunque sea en equipo, es mucho más divertido ganar a la máquina si alguien te está ayudando. O puteando, que tampoco es raro.

Y tanto si tienes gente como si no, el Smash de 8 es una locura. Es cierto que hay momentos que son demasiado caóticos y algunos escenarios son demasiado grandes, pero a mí me ha parecido divertidísimo. No cuesta tanto saber dónde estás y cuantos más personajes a los que golpear haya, mejor. Al principio era un poco escéptico, pero me ha terminado por convencer totalmente.

También me gustaría hablar de los amiibo, y de cómo entrené a mi Pistachu (Pikachu) y mi Space Dog (Fox), pero creo que eso daría para una entrada entera. Decir que los amiibo los compré por colección más que por otra cosa, pero al final el hecho de ser tú quien los entrena y saber que «te haces cargo» de ellos ha creado un vínculo con las figuritas. El saber que tú les han enseñado a pelear, aunque sea sólo en parte, es algo bastante satisfactorio.

Super Smash Bros para Wii U es demasiado grande como para hablar de todas sus partes. Y no hace falta tampoco hacerlo. Todos lo conocemos, y los que no es mejor que lo descubran por sí mismos antes que leerlo mal explicado en texto. Lo único que hace falta saber es que tienes juego para miles de horas, que si puedes jugar en local el juego no se va a acabar nunca y que el online funciona. Para mí es sin duda la entrega definitiva de la serie. Tenía razón Sakurai al decir que esta versión iba a mostrar el verdadero potencial de Super Smash Bros.

Puede haber imitadores, pero Smash Bros siempre ha tenido ese algo que lo hacía especial y diferente. No es sólo el tener un elenco de personajes con los que he crecido, sino que jugar a Smash da unas sensaciones que no yo al menos no he visto con otros juegos. Todo está ajustado al milímetro y da gusto jugar. Creo que el que no pretenda ser un juego serio es gran parte de su encanto.

Wii U me parece que ya tiene unos cuantos juegos imprescindibles, pero Smash se coloca bien arriba, ya sea para jugar solo o con gente, aunque obviamente es mucho mejor así. Realmente pocas pegas se le pueden poner al juego, quitando lo comentado de los escenarios. Me quito el sombrero ante Sakurai y Namco por haber hecho esta maravilla junto con la versión de 3DS.