Hoy vengo a evangelizar sobre Neko Atsume

Durante mis vacaciones obviamente no he jugado a nada serio, porque ni tenía tiempo ni ganas de llevarme la consola a la otra punta del mundo. Pero sí le he dado duro a algo que no me esperaba, a Neko Atsume. Es de móviles. Es gratis. Tiene micropagos que son absolumente prescindibles. El mejor juego del medio Levante japonés.

La afición de los nipones por los gatos no es nueva. De hecho algunos como Sakurai usan su Twitter para demostrar que se han convertido en la loca de los gatos de los Simpsons. Aunque como compañía son un absoluto asco (los gatos digo, no los japoneses) hay que reconocer que son cachondos, y por eso existe Neko Atsume, que viene a ser algo como Colección de Gatos.

De lo que hoy hablo es un jueguecillo de móviles en los que no haces absolutamente nada más que preparar tu casa para que vengan gatos a ella. Bueno, que vengan y se vayan, porque esto no es como los perros que te lo agradecen y te dan cariño, esto son mierdas de gatos, así que en cuanto dejes de interesarles adiós muy buenas. Pero son muy graciosos.

Como digo, lo único que hay que hacer en este juego es comprar juguetitos y chorradas para futuros gatos que vengan a tu jardín a pasar la tarde. Les compras desde un cojín a un ovillo, o ya cosas más chulas como una casa en forma de pirámide, un kotatsu o una caja de cartón. A los gatos les pirran las cajas, no sé por qué.

Haciendo estas cosas y llenando el comedero conseguiremos atraer a la flor y nata del mundo felino, que nos lo recompensará haciéndonos regalos en forma de sardinas grises y doradas, la moneda del juego, siendo la dorada la premium que podemos comprar con micropagos. Lo bueno es que con todos los regalos que nos hacen los gatetes es totalmente innecesario gastarse un duro. Aun así, me he planteado hacer una pequeña compra más que nada para apoyar a los desarrolladores, porque para una vez que se hacen las cosas bien, no estaría de mal reconocerlo.

Con las cosas que compremos podremos ir montando un jardín más o menos chulo e incluso llegar a ampliar la casa si ahorramos lo suficiente, para poder tener más espacio y colocar más objetos grandes. Y si colocamos algunos objetos concretos puede que nos visiten algunos gatos especiales, que aunque no hacen nada, siempre es gracioso ver a un gato disfrazado.

Y poco más se puede hacer en el juego, la verdad. Si pinchamos en los gatos podremos saber quiénes son, ponerles motes, hacerles fotos y tener unas pequeñas estadísticas de cuántas veces nos han visitado y esas cosas, pero nada jugable de verdad. Es un poco como todos estos juegos de gestión pero sin mecánicas de mierda de pinchar en quince millones de objetos. Tú simplemente miras tu jardín de vez en cuando y con suerte hay novedades.

Aquí ni ganas ni pierdes. No se puede hacer nada, y creo que por eso me gusta. En otros juegos te terminas marcando unos horarios estrictos para no perder recompensas o porque si no directamente te destrozan todo, pero aquí nada de eso. Si no entras en mucho tiempo lo máximo que puede pasar es que se haya acabado la comida del comedero, pero la rellenas (la comida básica es gratis) y a correr.

Es un juego de gestión tranquila, para echarle un ojo cuando nos acordemos y dejarlo pasar. Y con unos gatos bien graciosetes. No sé qué más se puede pedir, porque además no cuesta un duro. Además desde hace bien poquito tiene una traducción al inglés, para que podáis jugar sin ningún problema (tiene muy poco texto, y muy básico).

Os dejo por aquí los enlaces a la App Store y a la Play Store para que le echéis la zarpa, porque es el mejor juego de la historia y deberíais jugarlo.