Análisis Street Fighter V (PC)

Podía haber escrito este análisis de Street Fighter V hace días, pero viendo el desastre de lanzamiento que tuvo, preferí esperar unos días antes de publicar algo que se quedaría obsoleto a los pocos días. Ahora la cosa se ha estabilizado más o menos, al menos a nivel de servidores, así que es momento de hablar del juego que viene a reclamar el trono de rey de la lucha.

Por supuesto, toca hablar de lo bueno y de lo malo, y de las razones para ello. Así que vamos allá.

Antes de la salida del juego, Capcom habló varias veces de cómo querían dar un giro con la saga hacia los eSports, un mercado en alza y del que el género de lucha se podría aprovechar en gran medida. Guste o no, los eSports dominan el mercado de los videojuegos y sus retransmisiones cada vez son más importantes para el éxito de un juego.

Así que la compañía se quedaba entre la espada y la pared. Tenían, y tienen a día de hoy, un juego incompleto pero cuya base jugable ya está más que lista para usarse, así que tenían que decidir si esperar a lanzarlo cuando esté todo el contenido o sacarlo ya para que la comunidad de lucha le dé caña y llegue a los torneos oficiales, y lanzar el resto más adelante.

Y eso han hecho. A día de hoy Street Fighter V es un juego incompleto para alguien que juegue de tanto en cuanto, pero suficiente para quien lo único que quiere es pelear contra personas alrededor del mundo, sin importarle el resto. Es una decisión que no comparto demasiado, aunque sí entiendo perfectamente por qué se ha tomado, pero que tampoco me afecta demasiado al final del día.

Como decía, a nivel jugable Street Fighter V sí es el juego que todos queríamos. Ahora es más rápido, quizá más sencillo en según qué cosas (para ayudar a atraer también a un sector más casual o que no está acostumbrado a jugar juegos de lucha), y sobre todo es divertido. Tiene una muy buena base sobre la que se va a asentar el que va a liderar los fighting games durante los próximos años, y eso no se puede negar.

El que sea más accesible para quienes teníamos las manos un poco oxidadas también ayuda a que nueva gente se una y se expanda la comunidad. Como anécdota personal, lo hemos pillado todos en el grupo de amigos, a pesar de que algunos no habían tocado el género en su vida. Y lo disfrutan porque está hecho para ayudarte a avanzar fácil desde el inicio, aunque luego ya tenga su misterio a la hora de dominarlo.

Es cierto que de salida los servidores no hacían más que fallar y que era realmente desesperante ver cómo se caía la conexión una y otra vez o cómo no conectaba, pero por suerte esos errores o se han solucionado ya o están a punto. Ahora es jugable y en la mayoría de partidas la cosa va bastante bien.

Luego ya a nivel artístico y técnico, me tengo que quitar el sombrero. Aunque en un principio no era muy fan de lo que parecía un estilo tan continuista, al final me ha sorprendido gratamente por lo bien que se ve y lo chulos que quedan los personajes. Aún hay cosas que pulir (como el clipping o los pies al pasar por encima de alguien tumbado), pero ya se irán corrigiendo.

Este «ya se irán corrigiendo» no lo digo por decir, sino porque Street Fighter ya no es un juego completo desde el primer día como era antes. Ahora es más un juego de esos llamados games as a service: juegos que se lanzan con una base firme sobre la que se irá actualizando y añadiendo contenido con el tiempo.

Pensad en el modelo de League of Legends o de Heroes of the Storm. Empiezas con un juego base con poco contenido y poco a poco se va añadiendo más y más hasta estar repleto de personajes pasados unos años. Algo así pasa aquí, sólo que con un pago inicial, que bien podría ser un starter-pack con 16 personajes. Doce personajes clásicos a los que se les han unido cuatro nuevos que la verdad es que molan bastante, en especial Rashid. F.A.N.G no. F.A.N.G da asco.

Es fácil quejarse por tener poco o nulo contenido para un jugador, porque es cierto. El modo historia es una broma con cuatro dibujos mal hechos y combates a un round contra una IA sencillísima, y el modo Survival, que sirve para desbloquear colores, es una mera excusa para alargar de forma artificial el juego. Pero, nuevamente, «ya llegará». Tiene que llegar el modo historia de verdad (en junio), modos de desafío y sobre todo un modo Arcade y la posibilidad de jugar contra la máquina, algo que por alguna extraña razón, no está disponible todavía.

El hecho de que todo llegue de forma gratuita y que los personajes también se puedan conseguir jugando es una muestra más del cambio de modelo que comentaba antes. Los que más vicien podrán ir consiguiendo todo (excepto skins premium) a base de jugar online. El resto, si no quieren esperar, tendrán un pase de temporada o la posibilidad de comprar el personaje que quieran con dinero. Se eliminan las millones de versiones Super, Ultra, Turbo y compañía, y un mismo título base durará toda una generación.

Aun así, tampoco creo que se haya engañado a nadie. Desde antes de la salida se sabía que el juego iba a llegar semi-vacío, y que con el tiempo las cosas cambiarían. Lo que era más imperdonable era el hecho de que el online no funcionara, pero en el momento de escribir esto funciona ya bastante bien. Capcom no ha engañado a nadie con esta quinta entrega de Street Fighter, pero tampoco ha hecho nada para dejar contentos a la mayoría desde un inicio.

Así que ahora básicamente tengo dos recomendaciones, aunque al final todo depende de vosotros y de lo que valoréis cada parte del contenido.

Si sois de los que sólo quieren jugar online y no os importa esperar, lanzaos sin miedo a por él. El gameplay es rápido, divertido y da facilidades para ponerse con él, y tiene una base sólida sobre la que asentar el que será el rey de los juegos de lucha a base de actualizaciones y contenido gratuito.

Si sois de los que juegan una vez de tanto en cuanto y valoráis más el contenido para un jugador, esperad a que llegue. Si lo compráis ahora os va a decepcionar porque no tiene apenas contenido, las cosas como son. En unos meses, sobre todo a partir de junio, será un juego mucho más completo y atractivo para este sector menos hardcore. Es tanta tontería comprar ahora un juego que no te va a llenar como tacharlo para siempre. En unos meses es más que probable que sí lo haga.

No voy a poner nota porque ya habéis visto que depende de para quién vaya, podría ser desde algo notable al suspenso más duro. A mí ahora sí me merece la pena, porque lo que quiero al final es jugar online, pero puede entender a muchos que no piensan igual.

Eso sí, pretendo hacer otro análisis una vez llegue el contenido y ya haya un juego más o menos completo. No me importaría hacer un seguimiento a la evolución del juego, para ver si pasa de la promesa que es ahora a una realidad. Desde luego sería lo más justo tanto para el juego como para vosotros.