Análisis Quantum Break (Xbox One Master Race)

Hace casi medio año que me compré XBox One con el pack que incluía los dos Tomb Raider (el reboot y Rise of) y la verdad es que estoy muy contento con todo lo que he podido ir jugando en ella: los juegos de Lara Croft, Pneuma, Blues and Bullets, Trials Fusion, algunos de 360 que regalaban con GWG, etc. etc. Pero el motivo por el que me compré la última consola de Microsoft fue el mismo por el que me hice con la anterior: un juego de Remedy. En este caso se trata de Quantum Break y a continuación os contaré si me ha valido la pena o no el desembolso. SPOILER: Sí.

Los que nos leáis desde hace tiempo ya sabréis el amor que profeso por Remedy y por todo lo que hagan, por eso mismo me compré Xbox 360 y no me arrepentí en absoluto. Pero vamos a ir directamente al juego que nos ocupa y a contar por qué es el GOTY y por qué si no lo compráis sois unos piperos.

¿Os acordáis de la primera escena del ninja de MGS? Pues Sam Lake se ríe en la cara de Kojima.

Quantum Break lo hace todo bien. TODO. Punto. El aspecto que más destaca para mí es el jugable (como no podía ser de otra forma en un videojuego…), que podría resumir diciendo que es un Max Payne pasado de rosca, ultravitaminado y con mucha Viagra encima, porque me produjo unas erecciones que no son normales. Nuestro protagonista, Jack Joyce (el hombre de hielo de los X-Men), es el hermano de William (Merry Nosequé, uno de los hobbits), un genio de la ciencia que ayuda al mejor amigo de Jack, Paul (Meñique en Juego de Tronos) a crear una máquina que puede modificar el tiempo. Y, por unas movidas que no os voy a desvelar a los que todavía no hayáis jugado, Jack acaba controlando poco a poco el tiempo y obteniendo unos poderes espectaculares. Como si se tratara de uno de sus compañeros en la academia de Carlos Jesús Charles Xavier, tendrá la habilidad de crear escudos temporales alrededor de sí mismo que desviarán las balas y ayudarán a que la vida se regenere; proyectar unas esferas similares sobre los enemigos para disparar, que las balas se acumulen y estallen en todas direcciones como metralla; dar un sprint a toda velocidad; ralentizar el tiempo y movernos por el escenario mientras esquivamos los proyectiles; generar explosiones que harán saltar por los aires a los malosos; una visión que vendría a ser el modo detective de los Batman Arkham… Una serie de poderes que si se combinan dan muchísimo juego y nos harán querer repetir muchas partes de nuevo para probar locuras. Me recuerda mucho a lo que me pasaba con el nanotraje de Crysis y eso es bueno. Con Max era muy divertido saltar como el protagonista de una peli de John Woo, pero aquí es todavía mejor ir corriendo hacia los enemigos y darles una Time Tollina para acabar con ellos.

Todas estas habilidades se pueden mejorar encontrando unos puntos de luz que hay repartidos en los escenarios, las llamadas partículas de chronon, que son un elemento esencial en la trama del juego y que a Jack le sirven a modo de pila, por así decirlo. Una historia que está muy bien contada de dos formas muy distintas que no a todo el mundo gustará. Como ya he comentado arriba, el juego se sirve de unos actores reconocibles para aportar su aspecto a los personajes, pero no lo harán solamente en las escenas, sino que al finalizar cada capítulo del juego, tendremos uno corto a modo de extra que nos hará tomar una decisión cuya consecuencia para un bando u otro se verá plasmada en capítulos de 20 minutos de serie de imagen real. La verdad, entiendo que esto del «cross media» a algunos les pueda parecer una mierda, que lo vean como una kojimada (aunque ya quisiera Kojima hacer un producción de tan alto nivel), que les aburra o hasta que les quite inmersión, pero a mí me ha parecido que es muy interesante ver esa cara de ciertos personajes, que si bien no son imprescindibles, te ayudan más a entender por qué hacen lo que hacen. Los que no quieran pasar horas viendo la serie, lo tienen fácil: ver el principio de cada capítulo, en el que resumen el anterior, aunque tampoco son tantos como para aborrecerlos. Podría ser una serie de la BBC perfectamente por su duración. Quitando esto que podrá gustar más o menos (a mí me ha gustado, aunque admito que corta el rollo), la historia es buena, la actuación de todos los actores es muy buena (Aidan Gillen se sale, interpreta estupendamente al  villano) y siempre te quedas con ganas de jugar un poco más.

En lo que nunca falla Remedy es en llenar los escenarios de elementos que les dan vida. Me ha pasado mucho rato examinando cada detalle de los escenarios y no decepciona. Libros escritos por Alan Wake, carteles de una empresa de seguridad de un tal Bravura, pósters y camisetas de la gira de Stonecrow, el grupo tributo a Old Gods of Asgard, gente que está cantando sus canciones mientras juega a Alan Wake en el ordenador… Serán detalles que a la hora de la verdad no influyen en cómo juegas, pero siempre me ha gustado ver cómo un estudio le pone tanto mimo a su producto y tiene la capacidad de auto-referenciarse y reírse de sí mismos. Estad muy atentos a la pizarra del aula nada más empezar el juego, porque hay unas teorías loquísimas escritas que no sé si serán algo real de Remedy o lo han hecho a modo de broma, pero pusieron la maquinaria de la conspiración a tope en mi mente, al más puro estilo Luis Carlos Campos. Sin embargo, la ambientación tiene un fallo que para mí es grandísimo: la banda sonora (que en general es muy buena) no incluye ningún tema de Poets of the Fall, y eso me entristece.

Buena historia, grandísima jugabilidad, excelente ambientación… ¿lo hace todo bien Quantum Break? ¿Tiene fallos? Pues oiga, sí, supongo. Tampoco me he puesto a leer análisis de otras webs para ver qué decían, porque me importan más bien poco, pero yo me he encontrado con un juego que es todo lo que le pedía a Remedy y me lo han dado. Siendo muy muy quisquillosos, las únicas pega que le podría poner es que Jack no tiene el carisma de Max (pero es que pocos personajes en la industria tienen su chispa y encanto; Guybrush y pocos más) y que el armamento es muy escaso. Apenas hay tres tipos de pistola, metralleta y escopeta. Me chocó mucho que no incluyeran cosas como granadas y similares, que podrían añadir otro extra en la ya de por sí gran espectacularidad del juego. O quizá lo hicieron porque eso haría que estallaran las XBox One directamente, no los escenarios. En ese sentido me recuerda a Alan Wake, donde había pocas armas y enemigos, cosa que se solucionó con creces en American Nightmare. ¿Veremos próximamente Quantum Break American Nightmare? Si hacen lo mismo, por mí bien, porque como juego corto arcade, podría ser interesante. Pero me sigo quedando con el juego original tal y como está.

Resumiendo, que me estoy alargando más que mi miembro cuando por fin introduje el disco en la consola (justo antes de ver que pedía una actualización de 4’2GB). Quantum Break es exactamente lo que pedíamos los fanboys de Remedy. Un Max Payne ultra dopado, con unos gráficos espectaculares y una jugabilidad con más elementos controlables. Es un juego que se va a hacer odiar, porque es exclusivo de Microsoft, el protagonista no es Nathan Drake ni está en la plataforma del Putogordo, pero que si os gustan los juegos de acción en tercera persona, lo disfrutaréis sin duda.