Impresiones desde la Gamescom: Vampyr

Hace un par de días se publicó un vídeo con el gameplay de la Gamescom de Vampyr, lo nuevo de Dontnod (Remember Me, Life is Strange). Aprovecho que ahora podéis ver en movimiento lo mismo que vi yo para hacer unas impresiones rápidas de lo que me contaron hace una semana.

Estad atentos porque el juego tiene buenísima pinta.

Lo primero que se ve que es Vampyr es un cambio total respecto a los dos juegos anteriores de la compañía. Nos situamos ahora en el Londres de 1918, nada más terminar la Primera Guerra Mundial. Somos un doctor que ha creado un nuevo método de transfusión y que, por supuesto, es un vampiro.

Esta dualidad de doctor-vampiro, o bueno-malo, es el eje central del juego, ya que nosotros decidimos cómo queremos ser sin que se nos corte ninguna posibilidad. De hecho el juego nos motiva para que nos decantemos por un camino y no nos castiga si preferimos ser un villano. Simplemente cambia.

El ejemplo más claro que nos comentaban es que si nos dedicamos a comernos a la gente subimos mucho más rápido de nivel que si hacemos misiones ayudando a la población, pero eso desemboca en que la gente desconfíe, que vengan a por nosotros, perder misiones y demás. Porque si te comes a alguien no esperes que luego te mande ninguna tarea, claro.

Aunque obviamente lo más importante aquí es la historia y la narrativa, tampoco han querido dejar de lado el combate. En los distintos barrios de Londres hay grupos de cazavampiros que se dedican a exterminar a gente como nosotros, por lo que tocará pelear.

Si lo habéis visto en el vídeo de arriba, podremos usar nuestros poderes a la hora de luchar, como por ejemplo para teletransportarnos, aunque el combate básico es algo mucho más mundano. Los cazavampiros tienen sus propios trucos y artilugios para quitarnos mucha vida y si las cosas se tuercen digamos que podemos sacar el bicho que llevamos dentro, en un momento muy loco.

En Vampyr nos vamos a tener que mover mucho explorando, por lo que el sigilo puede ser una clave si queremos evitarnos problemas. Para ello podemos hacer uso de nuestras habilidades vampíricas y por supuesto de nuestra labia, convenciendo a la gente de que haga algo que queremos. Y por aquí andan los tiros sobre cómo se podría disfrutar más el juego, cuando adoptamos realmente el rol de vampiro.

Como decía, lo más importante en el título son las consecuencias de lo que decidamos hacer. Podemos ir sembrando el caos si así lo deseamos, pero ojo, porque desde el estudio hacían hincapié en que todos, y cuando digo todos es todos, los ciudadanos que hay tienen relaciones con otras personas, ya sean familia, su círculo de amistades o simplemente relaciones comerciales.

Aquí nos hablaban de un caso que explica esto a la perfección: si alguien tiene deudas con otra persona, al matar al acreedor liberaremos a la primera persona de devolver el dinero, por lo que tendrá más efectivo y podrá vendernos más cosas. Un caso simple de acción y consecuencia, pero que ilustra lo que querían contar.

Además aunque matemos a todas las personas de cada uno de los barrios (Londres se divide en muchos escenarios grandes interconectados) no nos penalizarán por ello. Podemos llegar al final del juego incluso aunque no quede nadie vivo por las calles, aunque hay que prestar atención al nivel de salud de la zona. Si baja demasiado la población empezarán a surgir monstruos y el lugar cambiará completamente.

En general Vampyr me pareció un montón de buenas ideas juntas, que pueden terminar resultando en algo muy grande. Cómo se trata el tema de los vampiros, cómo hay consecuencias para cada acción o diálogo que escojamos y cómo nuevamente vamos labrando un poco la historia son todos puntos que me hacen tener mucha fe.

Toca esperar al año que viene para poder verlo en las calles (PS4, Xbox One y PC), pero voy mucho más confiado que antes. El cambio de juego con respecto a lo que habían hecho antes es total, lo cual me sorprendió bastante en su momento, pero veo que están haciendo los deberes.