Análisis Metal Gear Solid Peace Walker (PSP)

Con unos meses de retraso llega por fin el análisis de Metal Gear Solid Peace Walker, la última obra de Kojima. Un juego que hace justicia a su saga y se aleja de los planteamientos de Metal Gear Ac!d o de Portable OPS para desarrollar una entrega que perfectamente podría tener un 5 detrás del nombre, formando parte de la saga principal.

Un juego muy completo y bastante espectacular, más aún si tenemos en cuenta que ha salido en la portátil de Sony, y no en una consola de sobremesa, donde nos tiene más acostumbrados. Y seguro que no defrauda a nadie, ni a los seguidores más acérrimos ni a los que les gusten los buenos juegos, independientemente del nombre que les acompañe.

Bueno, tenéis el análisis completo tras el salto.

La historia se desarrolla en Costa Rica en el 74, diez años más tarde que los acontecimientos de Snake Eater. Un grupo militar se ha hecho con el control de la tecnología más moderna de guerra, y como el el país no puede tener ejército, Naked Snake (Big Boss luego) tiene que salvar el mundo one more time.

Pero lo dicho, es una historia muy larga que hace que si hubiese salido en consola el mismo juego, seguramente sería parte esencial de la saga principal. Tiene más mérito aún conseguir esto en una portátil, pero se ha conseguido un juego largo y divertido. Además, siempre cuenta con esos factores Kojima, en la que nos interesamos por la historia hasta el final.

Una cosa curiosa es que se han suprimido las eternas secuencias de vídeo y se han sustituído por narraciones al estilo digital cómic, bastante chulas, a decir verdad. No son tan dinámicas como las secuencias de vídeo, pero cumplen con creces. Además, nos encontraremos con algún QTE dentro de ellas, por lo que tenemos que andar siempre atentos.

Gráficamente, como habréis visto en vídeos es espectacular. Los escenarios lucen muy bien, el diseño de personajes está a buen nivel y la sensación global no es la de estar jugando con una consola «de mano». Un gran trabajo por parte del equipo técnico, que no hay que pasar por alto.

Pero no todo es de color rosa en el apartado visual, ya que el gran punto negativo del juego es su cámara. En más de un momento nos costará ver bien la situación por culpa de ella y nos dejará un poco vendidos. Ello, unido a unos controles a los que no me he terminado de acostumbrar (tiene tres modos: Disparos, Acciónn y Cazador) hacen que en más de un momento me sintiera un poco desubicado.

En la parte sonora, el juego sigue la tónica de todos sus «hermanos» mayores. Una gran banda sonora, como viene siendo habitual en esta saga, con cada canción en su momento necesario, de forma que no destaque sobre la acción y nos desconcentre, pero estando siempre ahí.

Al igual que en los Portable OPS, en este juego tenemos la opción de reclutar soldados enemigos, pero de una manera más atractiva, ya que cada soldado lo asignamos a una parte de nuestra base. Así, pueden trabajar de cocineros, o en el I+D, por ejemplo. Esto hace que no reclutemos por reclutar, como lo hacíamos en los otros juegos. Cada uno con su trabajo ayudará a mejorar partes de la base, lo cual repercutirá luego en nosotros.

Pero uno de los grandes atractivos del juego es su nuevo modo cooperativo para hasta cuatro personas. Aquí todo será más fácil, aunque habrá que usar una estrategia diferente a la que usamos cuando jugamos en individual. Ahora podemos preparar las emboscadas de otra manera y siempre tendremos a mano un apoyo mejor o peor, dependiendo de la habilidad del compañero.

Resumiendo, un juego muy bueno para la portátil de Sony, que no debe perderse ningún fan de la saga. Y si no lo sois tanto, dadle una oportunidad y veréis cómo al final es un Metal Gear Solid de los de toda la vida, dejándose de experimentos raros.