Análisis Portal 2 (Xbox 360)

Empiezo a escribir este análisis mientras suena de fondo Want you gone (cuidado, tiene SPOILERS), la canción de los créditos de Portal 2 (me lo pasé hace unos días, pero siempre está bien recordarla). Es muy buena, pero en mi humilde opinión no llega al nivel de Still Alive. ¿Por qué digo esto? Porque también creo que es lo único que esta secuela no mejora con respecto a su predecesor.

Y es que Portal 2 coge la fórmula que tanto éxito dio al juego original, la mejora, y nos da lo que queríamos todos los que lo esperábamos, darle un rato al coco mientras se nos cuenta una historia sin necesidad de andar con escenas de vídeo eternas.

Así que ahí vamos con el análisis, con el menor número posible de spoilers.

El juego nos vuelve a poner en la piel de Chell, sólo que los eventos ocurren varios años más tarde. Nos despertamos en unas instalaciones abandonadas, cubiertas por vegetación, en las que nuestra única compañía es una pequeña esfera de personalidad llamada Wheatley. Es quien se ofrece para ayudarnos a escapar, mientras huimos del peligro que supone estar ahí, ya que «nos podría matar en cualquier momento». Ese alguien que nos puede matar ya sabéis todos quién es, y a partir de que lo encontramos empieza el juego de verdad.

No voy a andar contando más sobre la historia, porque considero que hay que jugarlo para conocerla. Tanto por lo que se narra como por la forma de hacerlo. Aquí no se necesitan secuencias de vídeo de veinte minutos, ni textos o diálogos eternos, aquí es diferente. Simplemente avanzamos en la historia resolviendo puzzles, y al hacerlos nos vamos dando enterando, casi sin pensarlo, de todo lo que pasa a nuestro alrededor. Chapó por Valve en este punto.

Por supuesto no podría faltar la nota cómica en el juego, y es el pequeño Wheatley quien se encarga de ello. En el doblaje castellano vemos como es muy inocente, llegando a ser un poco estúpido (en el buen sentido), y se termina teniendo empatía con él.

Y hablando del doblaje, el juego está completamente traducido y doblado, y bastante bien hecho, todo sea dicho. En la versión original la voz de GLaDOS repite, y de nuestro acompañante se encarga Stephen Merchant, quien hace un doblaje muy, muy británico (una de las razones por las que jugué en castellano). De todos modos, ambas versiones son de mucha calidad y se puede activar los subtítulos para no perdernos nada.

Gráficamente el juego no es nada del otro mundo, para ser sinceros. Luce bien pero no os va a quitar el hipo. Eso sí, la imagen se mantiene estable en todo momento y no he notado ni ralentizaciones ni nada parecido. Aunque sí que he notado que al acercarnos a las sombras con una fuente de luz móvil, petardeaban un poco, pero nada perceptible a menos que te acercaras a fijarte.

Y vamos al juego en sí, que es lo que importa al final. ¿Os gustó Portal? Éste os va a encantar. ¿No probasteis Portal? Éste os va a encantar. No pongo la opción de que no os gustó porque no entra en mi cabeza. ¿Podríamos decir que es un Portal dopado? No, es bastante más que un Portal 1.5.

Está claro que el sistema y la base son las mismas, no se pueden cambiar. Pero la inclusión de nuevas formas de completar los puzzles, como los geles (tanto repulsor como de velocidad) como los puentes de luz o las corrientes gravitatorias hacen que todo parezca nuevo.

En general el juego es bastante sencillo, y no me he quedado atascado en ningún momento, aunque en algunos puzzles sí que he tenido que darle bien a la cabeza un buen rato. Pero esto tampoco quiere decir que sea sencillo, es un reto al fin y al cabo.

Además, una vez nos pasemos el juego podremos continuar la historia, ya que hay una historia paralela al jugarlo en cooperativo (se puede jugar también sin haberse pasado el juego). Esta vez controlaremos a P-Body (naranja) y ATLAS (Azul), el Gordo y el Flaco del mundo robótico. Nos podrán a prueba en varias salas que «no podrían ser resueltas por un humano», y en las que deberemos cooperar con nuestro compañero. Cada uno hace sus dos portales independientes de los del otro, pero habrá que saber combinarlos para avanzar.

Es un modo tan entretenido como la campaña en solitario, y aunque los robots no hablen hay bastante humor en esta historia. Sobre todo por las ocurrencias GLaDOS, que intentará picarnos el uno contra el otro con unos comentarios soltando puyitas al compañero.

Se me hizo corto, pero porque no dejé de jugarlo y me lo ventilé en dos días. El juego durará unas 7-8 horas en el modo campaña, lo cual es, tristemente, algo normal hoy en día.

Si os gusta darle un poco al coco y ver cómo pasan las horas sin daros cuenta jugadlo, porque es muy divertido. Venía con un hype infinito, y ha sabido resistir y salir victorioso, siendo uno de los juegos más entretenidos que he jugado este año. Lo recomiendo al 100% a todos, porque no os va a defraudar. ¿Lo malo del juego? Que se acaba.