Sobre Assassin’s Creed

Ayer me pasé por fin Assassin’s Creed. Han sido casi cuatro años de viajes desde la estantería a la consola, y desde la consola a la estantería, pero por fin lo he hecho.

Siendo un juego de 2007 es tontería ponerse a analizarlo, así que mejor escribo un poquillo qué me ha parecido y listo.

Desde siempre me han interesado los temas medievales, así que en cuanto vi el anuncio de Assassin’s Creed hace años sabía que tenía que jugarlo. Y no es para menos, el trabajo que tiene de documentación es una auténtica pasada y la ambientación es de lo mejor que he visto en los videojuegos.

Este punto no se lo puede discutir nadie. Habiendo estado en Israel y Palestina, y habiendo recorrido unas cuantas veces la Ciudad Vieja de Jerusalén, la sensación de volver a estar en un sitio así es algo que no esperaba que pudieran conseguir.

Ah esto se le tiene que sumar un trabajo técnico impecable, que es lo que hace posible que todo esto pueda existir. Han pasado casi cinco años y el juego sigue rayando a un nivel bastante alto, con calles llenas de gente, ciudades llenas de edificios y demás. Y esto se puede decir ahora, pero cuando lo vi cuando salió se me cayeron los huevos al suelo.

Lo que sí que pienso es que, aunque sobre el papel es un juego redondo, al jugarlo te das cuenta de que falta algo. El trabajo técnico, de documentación y de ambientación es redondo, pero el desarrollo del juego se podría mejorar bastante y notas como que el juego se lanzó aun sin haber estado completo.

La historia me ha gustado bastante, aunque quizá hasta habría quedado mejor prescindiendo de Desmond y de todo el «presente». Así habría sido más difícil enlazar este título con las secuelas, pero habría sido más consistente de dejar todo en Tierra Santa.

Dejando de lado que nos metemos en una máquina mágica que nos permite revivir los recuerdos de nuestros antepasados, la historia comienza bien, con un Altair cumpliendo órdenes de su maestro. Pero según avanzamos en el juego se va volviendo más fumada, en las dos líneas temporales. Los que lo hayáis terminado, o hayáis jugado Assassin’s Creed 2 (te cuentan todo el juego anterior en los cinco minutos de la intro) sabréis de qué hablo.

Lo que sí que me ha gustado ha sido Altair, un personaje que aun cumpliendo órdenes, va descubriendo la trama y termina moviéndose simplemente por sus ideales, sin importar a quién tenga que matar. Aunque bien es cierto que nos cargamos a media Tierra Santa. Realmente es un señor, y con cabeza, para mí de lo mejor del juego.

Y llegamos al punto más negro de todo, el diseño de misiones y objetivos, y lo repetitivo que resulta. Podríamos resumir el juego en:

Llegamos a una nueva ciudad. Hablamos con el jefe de asesinos. Escalamos unas atalayas para encontrar misiones. Hacemos unas pocas misiones para encontrar información y volvemos al jefe de asesinos para que nos diga a quién matar. Matamos al objetivo y vamos a una nueva ciudad a hacer lo mismo. Así quince veces.

Si nos paramos a subir a todos los altos, salvar a todos los ciudadanos y cumplir todas las misiones, el juego se va a hacer largo y pesado, y es lo que me pasaba a mí. Por suerte, en este último intento fui más directo y sin pararme a hacer tanto, y no se me hizo aburrido en absoluto. O al menos no tantísimo.

A esto hay que sumarle la nula dificultad del título, ya que una vez aprendamos a hacer el bloqueo y contraataque seremos prácticamente inmortales. Me gustaría que esto lo arreglaran en futuras entregas, porque no es normal que me ataquen 25 personas a la vez y me los ventile a todos sin despeinarme (incluso me dieron un logro por ello). En momentos así lo lógico sería que te obligaran a huir si no quieres acabar en un charco de sangre.

Pero en general el juego me ha gustado, sobre todo este última etapa que he ido más directo al grano. Podría haber sido un juego de 10, pero el desarrollo plomizo y algunos detalles más hacen que no sea así, pero no es un mal juego en absoluto. De todos modos, la ambientación es tan buena que merece la pena jugarlo sólo por eso.

Y ahora a seguir con el resto.