Análisis Pasillos Vacíos Simulator 3D (Planet Crashers) de Nintendo 3DS (eShop)

Qué difícil es enfrentarse a un análisis de un gran juego, sobre todo cuando no sabes si podrás plasmar la grandiosidad del mismo con palabras, porque siempre se escapa algo. Hablar de algo que te gusta y conseguir venderlo puede ser complicado, pero cuando quieres advertir a alguien sobre una bazofia inmunda es más sencillo. Por desgracia este es el caso del supuesto RPG llamado Pasillos Vacíos Simulator (también conocido como Planet Crushers), la hez que han excretado Renegade Kid, los mismos creadores de Mutant Mudds. Sí, sonará raro, porque ese plataformas era entretenido y estaba bastante bien hecho, o al menos la demo que probé. Pero pasemos a hablar sobre las drogas que habrán tomado para desarrollar semejante zurraspa.

PVS entra por los ojos, para qué negarlo. Sus personajes cabezones y ligeramente personalizables son majetes, y los planetas estilo Animal Crossing le hacen ganar simpatía, pero ahí termina todo lo bueno que tiene. Apenas hay elementos para darle personalidad a nuestro protagonista más allá de 15 estilos de pelo (que van de lo cutre a lo repetitivo), ropa y seis bocas y ojos. No es precisamente un editor a lo Freakyforms. Una vez que el héroe no está a nuestro gusto empieza el juego tras una breve historia: el mundo se va a tomar por culo. Sálvalo. Cosa que tampoco es mala, porque a un juego de portátil y que además es de descarga tampoco se le puede exigir una gran historia con un interesante desarrollo que dure 50h, sino que se va a por faena rápidamente. Y justo en ese momento es cuando empezamos a descubrir lo absolutamente deleznable que es este juego.

En un mundo que se está yendo al garete la gente no tiene nade mejor que hacer que encomendarte misiones de manera anónima mediante un tablón para que recojas «su baloncesto» (traducción excelente de «my basketball»), helados, anillos o gente perdida que se queda quieta, no vaya a ser que se pierdan más. Llegar al objetivo es tan sencillo como aburrido. Al señalar qué misión queremos hacer (siempre fuera de la mazmorra, ya que dentro no se puede cambiar) se nos marcará el destino al cuál llegaremos atravesando millones de pasillos totalmente vacíos, que van desde algunos que se hacen eternos a otros que duran dos pasos, y entre medio habitaciones tan grandes como vacías igualmente. El diseño de mazmorras es horripilante, de verdad. No solo es que todas tengan el mismo esquema: pasillo-habitación-⟳ y así hasta el infinito, sino que además las mazmorras son siempre la misma pero con diferente color dependiendo de la dificultad.

Posiblemente os preguntéis por qué no he hablado de los enemigos y las batallas aun, siendo algo esencial en un RPG. Pues porque no son necesarias para avanzar y subir de nivel debido a la ineptitud de los programadores. El ejército de mellizos que encontraremos en las mazmorras solamente se mueven cuando lo hacemos nosotros, con lo que evitarlos es tan sencillo como estarse quieto y planear un poco por dónde andarás para que no lleguen a tocarte. Y aunque lo hagan y empiece la lucha no hay más que huir y se acabará, perdiendo monedas y elementos del inventorio, pero como tampoco los usaremos para las peleas no nos hacen falta. Todo muy bien pensado, desde luego. Aun así, si decidís luchar deberíais tener en cuenta que los enemigos pueden quitarte el 80% de la vida con un solo ataque, por más escudos de oro y demás parafernalia que uses.

Además tiene un multijugador totalmente plano y sin gracia (en conjunto con el juego en sí) que se basa en luchas uno contra uno con otros jugadores. Lo que me resulta curioso es ver cómo estos han conseguido llegar a niveles muy altos, lo que significa que no han tirado la consola por la ventana ni la han quemado. Yo admito que no he tenido huevos a terminarlo, apenas he llegado al tercer planeta y me he dado por vencido viendo que tenía que hacer exactamente lo mismo una y otra vez mientras subes de nivel y bostezas. Otro punto que va en consonancia con PVS es la música. No recuerdo cómo era en Mutant Mudds, pero aquí es atroz, cansina y mala con ganas.

Y ya está, eso es todo lo que tiene que ofrecer Pasillos Vacíos Simulator. Una experiencia aburrida, repetitiva, mal hecha y sobre todo cara, porque cuesta 10€ que no los vale en absoluto. Si teníais pensado comprarlo os recomiendo que lo penséis bien y os hagáis con cualquiera de estos, que os garantizo será una mejor opción. No se lo recomiendo ni a mi peor enemigo. A quien le gustará es a Bruno Louviers, sin duda.