Los cambios de chaqueta de nmlss: Snake Eater me ha dejado el culo torcido

En principio iba a hacer un análisis del Snake Eater de 3DS, pero mirando el blog vi que Adripillo ya lo hizo (atentos a mis comentarios en la entrada….), así que me ha dado pie a ahorrarme la parte de detalles técnicos y poder explayarme en todo lo que me ha gustado de éste juego protagonizado por nuestro querido melenudo Naked Snake. Y no son pocas cosas.

Aunque prefiero quitar de en medio lo primero que menos me ha gustado y uno de los motivos por los que la saga tiene tantos seguidores: la historia. Es…. en fin…. putamierdesca a más no poder, aunque eso ya lo sabéis. Kojima usó como trasfondo la guerra fría para darle un toque adulto al asunto, pero en los videojuegos hay una fina línea que hace que hace que una historia pase de lo serio a ser una película de domingo por la tarde en Antena 3. El trasfondo de los personajes principales y sus motivaciones están bien, son interesantes, especialmente la relación que hay entre Snake y The Boss, pero meter personajes que controlan avispas, que tienen trajes de Batman o que se funden con la naturaleza es un parche. El uso de la tecnología del siglo XXII en 1964 no le da el realismo que los talifanes creen que tiene, pero como es algo que ayuda a la juagilidad, se pasa por alto.

¿Y qué es lo que me gustó? Pues todo lo demás. Especialmente sus personajes y más específicamente Para-Medic, la chica con la que guardar partida se convierte en uno de los elementos más entretenidos de MGS3D. Y es que cada vez que lo hagamos, ella hablará con Snake sobre cine clásico, manteniendo unas charlas bastante amenas en las que se le ve el cartón a Kojima y la verdadera pasión que tiene por el séptimo arte. Como imaginaréis, al ser un juego ambientado casi 50 años atrás, la mayoría de lo que hablan son obras como Godzilla (destacando su mensaje anti-nuclear), Los cañones de Nakasone Navarone, Los siete magníficos o la grandísima Por un puñado de dólares, que por aquel entonces estaba recién estrenada en Italia y tardaría tres años más en llegar a EE.UU., con lo que Snake no la conocía. Bueno, de hecho creo que no conoce ninguna de las películas de las que le habla, ya que en su cabeza sólo queda espacio para luchar y para la comida. Guardé muchas veces nada más que para escuchar de qué flimme iban a charlar, como el que se pone a ver el programa de Garci.

La forma de terminar con los (absurdos) jefes no es para menos, aunque es algo que yo he descubierto en mi segunda partida. La primera vez me resultaba extraño ver cómo tenían una barra de energía bajo la de vida, pero imaginé que sería algún tipo de ayuda para el jugador, de manera que pudiera saber cuándo está más cansado o menos. Y no, resulta que es una manera alternativa de acabar con ellos, mediante la pistola tranquilizante y así conseguir trajes especiales con sus características. Pero no fue eso lo que me sorprendió, sino las dos maneras alternativas que hay para acabar con la vida de The End: pegándole un tiro la primera vez que lo vemos aparecer en una cinemática o dejándolo morir de viejo…. Si habéis jugado ya sabréis que éste personaje es uno con la naturaleza (aunque no es un jipi) y se mantiene en estado vegetativo hasta que puede disparar a Snake, momento en el que vuelve a la vida. ¿Y qué pasa si decidimos no jugar durante una semana o cambiar la fecha de la consola? Efectivamente, cuando volvemos a iniciar la partida el abuelo se queda muñeco y no despierta de su siesta. Aun así, luchar contra él de manera normal es una de las cosas mas épicas que he visto en un videojuego, a la altura de la no-batalla contra The Sorrow, el enemigo contra el que no luchamos y  no lo mataremos con ningún arma.

Aunque el punto fuerte de Snake Eater es sin duda su jugabilidad (que no su control ojo, que a veces es un poco torpe, más por atípico que por otra cosa). Me encantan los juegos de sigilo y acción, pero sobre todo los que están hechos para que el jugador sea premiado por pasar desapercibido y ser una sombra. El elemento esencial para todo esto es el uniforme, gracias al cual podemos pasar de ser un negro desnudo en medio de la nieve o convertirnos en…. en John Carmack desnudo en medio de la nieve…. Un fantasma, vamos. Una de las partes en las que se centraban los vídeos promocionales de esta versión era en usar la cámara de 3DS para tomar una fotografía y usarla como estampado, de manera que si teníamos que pasar sobre un lugar con flores blancas podíamos tomar una foto de un papel o una pared. O mejor, para ser uno en un entorno de barro nada mejor que hacerle una foto a…. sí. A una mierda ¡¡Y funciona!! Vaya que si funciona, como que haciendo eso mismo conseguí el 100% de camuflaje en una trinchera de barro y me podía mover como si llevara el traje invisible. Curiosamente, la cara de mi novia me daba 100% sobre la madera y la de Bowser casi igual en el hormigón. Pero si queréis el auténtico reto de Snake Eater, nada como jugar toda la partida sin activar una sola alarma o sin matar a nadie. Os aseguro que no es nada fácil, pero un reto que vale la pena. Y como guinda al pastel tenemos las mejores no-armas que he visto en un videojuego: el cigarro falso y el trapo. Lo primero es un artilugio de alta tecnología con forma de cigarro, de manera que nos podemos acercar a los enemigos tranquilamente disfrazados y dormirlos con el gas que suelta. Sería curioso que Snake hiciera la imbecilidad esa de fumar pasarse el humo de la boca a la nariz y se desmayara él mismo. Y lo otro es el truco favorito de los depredadores sexuales. Un simple trapo con cloroformo. Sencillo y útil.

Estas imágenes son verídicas, tomadas por mí.

Y además de todas estas bondades, el juego está plagado de pequeños detalles como los Yoshis que nos encontramos por todas partes y gracias a los que podremos conseguir extras al terminar la partida, los posters de muchachas de buen ver, revistas como Nintendo Power con el propio juego en portada, revistas eróticas para lanzar a los enemigos y entretenerlos (excepto a uno….) y mil cosas más. Lo que creo que no hace ni falta que comente es la banda sonora, que es tan sobresaliente como en todos los juegos de la saga, sean estos mejores o peores. Vamos, que tras pasarme Snake Eater he comprendido perfectamente por qué la gente alaba tanto a éste juego y lo consideran el mejor de la saga. De hecho me han dado hasta ganas de comprarme una PSP para jugar a Peace Walker y Portable Ops, no os digo más.