Vivisección de los «gamers»

No hace mucho hablaba aquí sobre ese tumor maligno que sufre internet que son los «youtubers«, unos nenes cuya máxima aspiración en la vida es tener más suscriptores que nadie y así seguir ganando más de 250.000€ mensuales con sus ingeniosos y originales vídeos. Una demostración moderna de que la raza aria existe y está entre nosotros. Pero, ¿y los «gamers» de verdad? Nosotros mismos, los que escribimos en blogs (o no), los que jugamos, los que nos reímos de todos porque somos muy listos y estamos en posesión de la verdad. Hoy voy a hablar sobre las diferentes clases de jugadores que hay, de una manera totalmente seria y científica. Muy bien, allévoy.

Uno de los grupos más destacados son la élite, la auténtica master race que disfruta de juegos adultos de verdad como Call of Duty, los FIFA, GOW (ya sea Gears of War o God of War, misma mierda son) y eR PrO, sagas que compran cada año gustosamente para disfrutar de todas las novedades que incluye cada entrega. Aunque lo interesante de estos tipos no es lo que les gusta, sino lo que rechazan y critican: todo lo demás, especialmente Nintendo, esa compañía de juegos para niños. Y es que para un járcor no hay nada peor que controlar a un fontanero rechoncho que se dedica a dar saltos por mundos coloridos con cantidad de objetos especiales que dan nuevas habilidades y esquivando enemigos. Eso es mierda, es de críos, es anti-járcor. No ofrece una experiencia tan única como los COD anuales, no ofrece una experiencia de hombretones como los machos aceitosos y musculados de Gears of War, no ofrece la profundidad en la jugabilidad del FIFA.

¿Y los jugadores trascendentales? Seguro que conocéis a algunos así, de esos que te comentan algo sobre su juego favorito con unas palabras preciosas pero no te dicen nada. Cosas tipo «Esta nueva entrega de ‘Matamulas Reloaded’ sabe cómo llegar al corazón del jugador, le mira el alma, le pregunta cómo se encuentra en un sensual canto de sirena para luego arrancárselo y hacer que nos preguntemos el por qué de toda esa irrealidad virtual, por qué seguimos jugando con el mando mientras los personajes que controlamos juegan con nuestra patata cual Ramón García en el Grand Prix«. ¿Perdona? Es un puto juego, no me intentes vender ahora que esa escena final te hizo llorar o que te deprimiste al ver morir a tal personaje. Que está todo programado, nada pasa porque tú lo decidas, sino porque unos señores gordos con barba y gafas remendadas con celo y un boli Bic en las patillas han decidido que eso suceda así. Son los mismos que ven películas de Moustapha Akkad porque sienten cómo el alter ego del director, plasmado en sus volumétricos personajes, te está transmitiendo un mensaje a lo más profundo de tu corazón con la sencillez que caracteriza al cine sirio. Lo que se dice gente coñazo, vamos.

Casi dentro de la misma categoría que los trascendentales se podría meter a los choteadores, aquellos que a veces hasta consigues que te dé vergüenza decir que te gusta un juego porque sabes que se reirá de lo simple que eres. Los reconoceréis porque van por la calle con una pipa de burbujas, un bigote postizo y se ríen tres tonos por debajo de su voz real, normalmente con un escandaloso «Jo jo jo jo». Con tus colegas podrás decir que te gusta mucho Metal Gear Solid, a pesar de que conoces sus puntos débiles, pero el choteador siempre se reirá porque le das lástima. Como si tú no supieras las flaquezas que tiene el juego pero que por lo que sea te dan igual o no te empañan el resto de cosas buenas que te ofrece.

-¿Te gusta LEGO City?
-Sí
-¡Jo jo jo jo, pero si tiene unos tiempos de carga bestiales y el sistema de lucha es muy simple!
-Ya, pero me gustan mucho las fases de plataformeo, el juego que dan los disfraces, su humor, los guiños al cine, las misiones sec….
-¡Jo jo jo jo, pobre imbécil! Toma, juega un rato a ‘Matamulas Reloaded’ y deja que juegue con tu pobre ser.

Algo así.

De los nintendrones se podría hacer un especial entero (algún día, quién sabe), pero los más destacables son los que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. «¿Otro COD éste año? Jaja, vaya mierda de saga» pero luego quieren por lo menos un Mario anual, porque con los doscientos juegos que salen al mes del fontanero (de karts, de fútbol, de tennis, de baloncesto, de minijuegos, de rol, de sobres con dinero que van a cuentas suizas….) no hay suficiente. Mario nunca está prostituido porque todos sus juegos alternativos son buenos, no como los Assassin’s Creed. Además, siempre defenderán que Nintendo nunca ha seguido la senda de la carrera gráfica en las consolas, sino que ellos siempre se han esforzado en ofrecer nuevas formas de jugar. Así lo demostraron con SNES, cuyas campañas de publicidad se basaban única y exclusivamente en demostrar lo potente que era su consola frente a Megadrive (aun guardo un VHS sobre eso), la N64 que era el doble de potente que sus competidoras (PSX y Saturn) o GameCube que lo era algo más que las máquinas de Sony y Microsoft. Pero cuando llegaron PS3 y Xbox360 tuvieron que sacarse de la manga lo de las nuevas formas de jugar, ya que gráficamente la consola era una mierda que con un poco de suerte igualaba en gráficos a GC. Otra cosa no sé, pero un nintendrone debe ser avispado.

Los que me dan verdadera penica son los peceros. Siempre desprecian las consolas -todas, sin excepciones-, diciendo que un buen PC es la bestia definitiva para el buen gamer, que además los juegos están más baratos y que su control es infinitamente mejor. Vayamos por partes. Un PC montado para jugar es un bicharraco sí, pero también es verdad que con lo que te vale te puedes comprar todas las consolas del mercado y varios juegos para cada una. La pena es que si quieres un ordenador a la última necesitarás actualizarlo cada semana, porque yo puedo jugar a a Battlefield 3 con unos gráficos bastante buenos en una consola de finales de 2005, pero tú no puedes hacer lo mismo con un PC de hace ocho años. A no ser que lo pongas a 640×480 y las texturas con resolución de N64. Los precios baratos es cierto, sobre todo porque la mayoría se los compran en The Pirate Bay y se ahorran hasta el disco. Y el control me parece la gilipollez más grande que puedan decir para defender su sistema de juego. Está claro que para un juego de tiros el ratón ofrece una precisión difícilmente igualable con la palanca de un mando, pero es que son dos plataformas diferentes…. Cuando juego online a un shooter en XBox lo hago contra jugadores que también usan Xbox, así que no tienen ningún tipo de ventaja. Al igual que cuando un pecero se pone con L4D online lo hará contra otros que también usan teclado y ratón y nadie estará por debajo. Los controles de los shooters de consola han evolucionado mucho y hoy en día manejar tu personaje con un mando es tan cómodo como en PC. Y no te deja las manos como a Falete.

Los siguientes son dos caras de la misma moneda. O dos caras de dos monedas diferentes. O la misma cara…. Bah, yo que sé. Son los anti-todo y los pro-todo. Los primeros son los sujetos en los que se basó Hugh Everett para desarrollar la famosa teoría de los universos alternativos. Explicado de manera simplona esto es que si por ejemplo, en medio de un bar, alguien te toca las narices y no haces nada pasará una cosa, pero si decides pelearte pasará otra. Esas decisiones que cambian los hechos crean otros universos en los que todo seguiría como si hubiéramos tomado la otra decisión. Pues los anti-todo son ejemplos de cómo se pueden crear otros universos con sus opiniones. ¿Tú dices que ET es el peor juego de la historia? Pues el anti-todo dirá que en realidad era un muy buen juego pero tuvo mala prensa. ¿Y qué pasaría si pudiéramos volver atrás en el tiempo y decir que ET es el mejor juego de la historia? Que el sujeto en cuestión te llamaría loco, argumentando que era un juego mal hecho, simple y que si sus copias fueron enterradas sería por algo. Su mayor enemigo es el pro-todo, alguien que siempre te dará la razón, con lo que no podrían discutir jamás. Si el pro-todo te habla de Dishonored como uno de los mejores juegos del año pasado tú puedes decirle que a ti no te gustó y progresivamente irá cambiando de opinión hasta ser incluso más extremista que tú. Si juntamos a estas dos clases podríamos crear una desgracia para el mundo como un agujero negro que ríete tú del LHC.

A estas alturas (si aún seguís leyendo) os estaréis preguntando si hay alguien normal en éste, nuestro mundillo. Sí, los fans de lo retro. Son buena gente a la que por norma general se la pela bastante que salga PS4 con gráficos ultra realistas o que estén desarrollando un nuevo Zelda para tu consola favorita. Ellos viven en su mundo y en su tiempo, disfrutando de sus subastas en eBay y coleccionando y adorando juegos de los que posiblemente no hayas escuchado hablar jamás. Con un «retrogamer» no discutirás nunca porque a él le da igual lo que opines tú con tus polígonos y tus mierdas, él es feliz en su mundo de sprites, scroll y música chiptune. No necesitan una conexión HDMI para pegarse el vicio padre.

Unos que me producen arcadas como pocos son los japofílicos. Normalmente no suelen pasar de los 16 años -y si lo hacen es sólo físicamente- y consumen absolutamente cualquier mierda que venga del país del sol naciente. CUALQUIER COSA. No tienen criterio alguno y si además es un juego de la mejor desarrolladora del mundo, Square-Enix, mejor que mejor. Kingdom Hearts es su fetiche, mezcla sus dos grandes pasiones (Disney y anime) en un mismo juego con un protagonista como a ellos les gusta: pelopincho, con zapatos de payaso y salvador del mundo. Da igual que sea un juego de la talla de Xenoblade Chronicles que el enésimo refrito de Final Fantasy, que ellos lo comprarán, lo devorarán y al terminarlo se dedicarán a hacer fanfics e historias homosexuales entre los personajes del juego, si son hermanos mejor. Sus archienemigos son los coreafílicos, que son la misma basura pero todavía más lamentable que ellos: son fans de Corea del Sur. Es como ser madridista pudiendo ser del Barça.

De bocachanclas está el mundo lleno (entre los que me incluyo, cómo no), pero los mejores son los que van de duros criticando a todas las compañías aunque luego no dudan en analizar su juego cuando les llega al buzón y ponerle una nota alta. Por delante son muy chulos y se ríen de todo, pero por detrás ponen la mano para que les caigan algunos billeticos, que buenos son. No importa que luego contradigas tus palabras, si de cara a la galería criticas un juego pero luego esa revista o web te paga para que lo analices o comentas con los jefes el maravilloso diseño de niveles o las incontables horas de diversión que te ha propiciado, eres un bocachancla. En esta sociedad moderna uno puede cobrar hasta por ser imbécil, así que si no tenéis muchas luces no dudéis en seguir por vuestra senda, lo mismo un día de estos os ficha una revista.

Pero como no todos tienen la labia para ser un bocachancla, siempre queda la opción de ser el niño bueno de los relaciones públicas, el que publica todas las notas de prensa tal cual le llegan al correo y puntuar los juegos con un 8 o 9 como nota media, aunque no se haya pasado ni la mitad. ¡Todo por los juegos gratis! ¿Poner contenido propio en el blog? Nada nada, si cada día salen tantos blogs genéricos que lo único que hacen es dar las noticias copiadas de Vandal o Meristation será porque funcionan, porque la gente los pide. He visto casos de varios blogs en los que publican exactamente la misma noticia sin cambiar una sola coma. No es que lo lean en un lugar y lo redacten a su manera pero diciendo lo mismo, no, es que pulsan ctrl+C, van a su blog y ctrl+V que te parió. Con dos cojones.

Y para terminar nos quedaremos con los indiegnados, aunque en El Píxel Ilustre alguien los bautizó como indiegentes, en tono despectivo. Con estos (con los indiegnados, no los EPIs (bueno, con los EPIs también)) hay que tener especial cuidado. Aunque son igual que cualquier otro tipo de jugador ellos se sentirán especiales y te querrán reventar la boca si les dices que ese juego desarrollado por un estudio checoslovaco formado por un perro con barba y un canario con gorra de camionero (wut?) es una mierda. ¡¡No, mal!! Eso significa que tú eres un puto ignorante y no lo has entendido. Debes amar muy fuerte a ese juego porque es algo que nunca se había visto antes. Y estéticamente no es feo, es diferente. Además, un buen jugador indiegnado debe ser rico, porque a juzgar por la cantidad de pasta que se dejan en sus mierdas productos les debe sobrar el dinero.

Y ya está, esto es todo lo que tenía que decir. ¿Os sentís identificado con algún grupo? Seguro que sí, porque en el fondo somos todos iguales y tenemos un poco de cada uno de estos especímenes.