Análisis Call of Duty: Dogs Ghosts (Wii U)

Quizás os sorprenda ver un análisis de este juego. Más me sorprendió a mí cuando me mandaron el juego para analizar, porque no es que sea muy de shooters, pero como me debo a mi público, decidí convertime en un niño rata unos días. Así que aquí está mi análisis de Call of Duty: Dogs Ghosts.

Llevaba sin jugar a un shooter más o menos en serio desde casi Modern Warfare 2. O igual sin el casi. No es mi género preferido y si toco algo es porque el juego merece mucho la pena y hago una excepción. Aunque matar niñatos online siempre es algo bueno para liberar un poco de tensión.

Al principio empecé con mi perrete Ridley la campaña. Es fácil imaginaros de qué puede ir. Unos super soldados llamados Ghosts se van cargando a medio mundo y le hacen un suplex a un lobo salvaje (verídico). Realmente no dice nada, pero las fases en el espacio y agua están curiosas. Pero es lo que pensáis, una campaña super palomitera en la que todo explota.

Aunque lo realmente interesante del juego es el multijugador, claro. Y en eso es en lo que me he centrado más al jugar y donde más horas he echado.

I have no idea what I’m doing

Hay que ser francos, Wii U no es la plataforma en la que uno pensaría para jugar a CoD. Los servidores no están llenos nunca, aunque eso no me ha impedido jugar sin problemas. En el modo de batalla por equipos siempre hay gente disponible y entras en una partida en un momento, así que con eso me vale. En otros a veces ya era más complicado.

Lo bueno es que el juego iba fino, fino. Un amigo que se dedica más a jugar a eso me comentaba que iba fluido el online, así que le creo. El caso es que no había ninguna ralentización, que es lo que me importaba al fin y al cabo.

Los perks siguen la línea de Black OPS II, lo que ha cambiado es que ahora podremos crear más soldados, de forma que podamos tener más de seis clases disponibles. Y ojo a la racha del chucho, que odiaréis con toda vuestra alma cada vez que matéis a un soldado enemigo y venga ese perro hecho de adamantium por detrás y os mate.

Estando de vuelta Infinity Ward, también vuelve la jugabilidad característica de los Modern Warfare. Lo que sí se nota es que los mapas ahora son bastante más grandes, algo que no me ha terminado de gustar del todo, porque tardas más en encontrarte gente. Y aquí se viene a matar.

Pero en general he terminado bastante contento con el online. No sé si será la mejor opción o no, pero para pegar cuatro tiros sirve, y como no he tenido ningún problema jugando me vale.

La gracia al estar en Wii U es la posibilidad de utilizar ya sea el Gamepad o Wiimote + Nunchuck. Lo primero sirve para lo obvio que es jugar off-TV, pero también para jugar en cooperativo una persona en la televisión y otra en el mando. Y oye, para jugar al modo Extinción viene bien. Una pena que ese modo de juego sea un poco malo.

La otra opción es jugar con Wiimote, que aunque muchos se nieguen a creelo, funciona de lujo. Al fin y al cabo es un puntero en pantalla y es muy preciso. Lo curioso es ver las killcams en el online y cómo te ha matado uno jugando con Wiimote y te ha matado haciendo algo casi imposible.

Las opciones están ahí, y si queréis algo más tradicional pues ahí está el mando Pro de Wii U. Yo he jugado con los tres y me quedo con el Wiimote, aunque el Gamepad para jugar tirado en el sofá mientras mi compañero de piso ve la novela me ha venido de perlas.

Call of Duty: Ghosts es lo que todos os imagináis. Una campaña palomitera y un online al que echar horas y horas. Eso sí, algunos cambios como los mapas más grandes le dan otro enfoque al multijugador que no termina de encajar demasiado.

Pero tiene perros.