El que Nintendo te encargue hacer un nuevo Yoshi’s Island tiene que ser un marrón, porque el sector radical del nintenderismo (¿esto existe?) va a saltar a la mínima hagas lo que hagas, una especie de pescadilla que se muerde la cola. Esto por supuesto ha pasado con Yoshi’s New Island, aunque quizá ahora ese sector radical tenga razón.
Yoshi’s New Island intenta acercarse al Yoshi’s Island original en muchas cosas, empezando por la historia que es casi igual, el mapeado y el jugar sólo con Babé Mario. A mí eso de los cinco bebés de Yoshi’s Island DS no me gustó demasiado, prefiero este enfoque más simple, así que por mí perfecto.
Pero más allá de este acercamiento, a New Island se le nota como falto de ese algo que hacía al Yoshi’s Island original tan especial. Está claro que Arzest no es EAD y eso se nota en muchas cosas. No sé cómo explicarlo con palabras, más allá del «le falta alma». Pero bueno, que no llegue al altísimo listón de hace veinte años no significa que no pueda llegar a entretener.
Yoshi’s New Island es un juego que no ha sabido mantener un nivel de calidad constante en casi cualquiera de sus apartados. Algunos niveles están muy bien y de otros ni te acuerdas según los terminas. Lo mismo pasa con por ejemplo la música: las melodías son bastante simplonas y no te terminan de llenar mientras juegas, aunque algunas sí cumplen con su objetivo. Y venga, voy a decirlo, la del título me parece bastante graciosa y me gusta.
Los gráficos, punto casi central de la mayoría de discusiones del juego, tienen buena parte de la culpa de esto último, aunque hayan mejorado en la parte final del desarrollo. Está claro que no hay nada que pueda competir con el encanto que tienen los píxeles de antaño, pero se pueden hacer cosas para paliarlo. A la solución que cogieron al final le pasa lo mismo que al resto, que algunas partes (como algunos fondos o elementos del escenario) están muy bien y otras (como algunos enemigos, el mapa, otros fondos) pasan bastante desapercibidas.
Estos altibajos no le hacen nada de bien al juego, porque es más fácil quedarse con lo malo que con lo bueno. No sería justo obviar las partes buenas, que las hay, pero quizá la palabra decepción sería lo más acertado en este caso. Decepción por no haber sabido lanzar un juego a la altura que se merece Yoshi y que desprenda amor por todos sus poros, que es lo que debería pasar.
Dejando un poco al lado la capa superficial del juego, al final sí me ha sabido entretener durante las horas que estuve mientras me lo pasaba. Como decía al principio, me ha gustado al vuelta al único bebé y por alguna extraña razón, seguía jugando sin importarme nada el resto, aun sabiendo perfectamente lo que tenía entre manos. Pero claro, ha sido más un juego de entretiempo que el encender la consola y estar enganchado horas y horas hasta que me lo pasara, cosa que sí me ha pasado con otros juegos recientes.
Y si antes hablaba de que había niveles buenos y niveles olvidables, de lo que sí intentaré olvidarme es de los bonus en los que Yoshi se transforma en algún medio de transporte, porque hay que usar el giroscopio de la consola para algo que se podría hacer perfectamente con botones y es algo que no repetiría. Han querido usar un poco más las posibilidades de la consola y esto no siempre es funciona. Aquí está claro que no lo hace.
Más allá, la inclusión de elementos como el huevo gigante, el huevo metálico o Super Yoshi son más testimoniales que otra cosa, apareciendo en zonas puntuales y no siendo un elemento central en el título. La jugabilidad es la clásica de siempre: comes enemigos, haces huevos, tiras huevos. Realmente yo no pedía mucho más y es de lo poco de lo que no tengo quejas.
Es fácil ver que estamos con decenas de vidas a las primeras de cambio, porque el juego difícil no es. Lo que sí es más complicado es terminar el nivel recogiendo todas las monedas rojas, las flores y las estrellas. No se trata ya de que necesites buena puntería para acertar en nubes sorpresa secretas, es que hay veces que no sabes ya ni por dónde buscar.
Yoshi’s New Island es un juego que más allá de no saber llegar a su predecesor de hace veinte años, está lleno de altibajos. Lo mismo te encuentras una canción buena, un nivel bien diseñado o unos fondos que te recuerden a ese estilo Plastidecor tan característico como te encuentras justo lo contrario. No es consistente y eso afecta a la calidad general. Es un juego que te puede entretener, pero no es nada que vayas a estar recordando mucho tiempo.
Pero sin embargo, me pasa algo raro, y es que no puedo ponerle mala cara, y menos a un juego tan alegre y feliz. Como dice chiconuclear en Anait, no puedo más que perdonar y seguir queriendo a Yoshi. A ver si para la próxima sí es la buena.
10 comentarios
Davs · 31/03/2014 a las 12:28
Si conozco a alguien del sector radical nintenderista, ese eres tú.
gradoca · 31/03/2014 a las 13:42
Una duda: ¿en este juego aparecen los monos que comen sandía?
Topofarmer · 31/03/2014 a las 13:48
@gradoca
Sí. De hecho los tienes en la segunda foto del análisis xD
Dunkelheit · 31/03/2014 a las 15:36
6 o 7 no es mala nota. La gente es que es muy radical. Solo por debajo de 5 es juego malo. No pueden ser todo obras de arte, hombre.
Mario_III · 31/03/2014 a las 15:40
la de horas y horas que le eché al port de GBA. me han entrado ganas de volver a jugarlo xD
Linkale2 · 31/03/2014 a las 16:21
La primera frase del analisis es para enmarcarla, el resto pues psé (como el Yoshi’s New Island)
Maskagrillos · 31/03/2014 a las 22:30
¿Existe el nintenderismo moderado?
Topofarmer · 01/04/2014 a las 1:13
@Maskagrillos
Claro, mírame a mí 😮
Linkale2 · 01/04/2014 a las 14:51
@Topofarmer
Pues por eso lo preguntamos, porque te miramos a ti
Linkole2 · 03/04/2014 a las 14:00
Viva nintendo hijos de puta
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