La saga de libros basada en La Tierra Media de Tolkien se ha convertido en una asidua a las adaptaciones a los videojuegos, especialmente desde la versión cinematográfica de El Señor de los Anillos. Por esa sobreexplotación, que nos ha traído muchos juegos de segunda clase, mucha gente no esperaba gran cosa de La Tierra Media: Sombras de Mordor. Vamos a ver si Monolith ha sido capaz de hacerlo destacar.
Sombras de Mordor es un juego de acción de mundo abierto con algún toque de plataformas para escalar muros o saltar por tejados. El entorno que podemos recorrer a nuestras anchas está tiranizado por las fuerzas de Saurom, aquí cambiamos las ciudades por ruinas y los transeúntes por esclavos humanos y centenares de Uruks. Es un terreno hostil donde lo más aconsejable es moverse con sigilo acabando con los enemigos uno a uno, si no podemos enfrentarnos a tantos bichos que no quepan en la pantalla. Para evitar esto también podemos asustarles disparando a colmenas o realizando un ataque brutal a uno del grupo antes de que se pongan en guardia.
Manejamos tres armas; la espada para el combate, la daga en los asesinatos sigilosos y el arco para atacar a distancia. La más interesante es el arco, donde tenemos una barra de concentración élfica que nos permite ralentizar el tiempo para apuntar mejor.
Podemos mejorar las armas agregándoles runas que soltarán al morir los enemigos más poderosos. Cada arma tiene sus propias runas, de distintos niveles dependiendo de su eficacia. Gracias a ellas podremos recuperar salud al hacer que exploten las cabezas o recuperar energía matando sigilosamente.
Sistema Némesis.
La clave de Sombras de Mordor es el sistema de jerarquía que tiene el ejército de Sauron, donde encontramos tres filas de capitanes y una de caudillos. Los Uruk de mayor rango, además de ser los más poderosos, tienen guardaespaldas y acólitos para protegerles. Es muy normal encontrarnos con batallas a muerte entre ellos por ocupar sus posiciones, momentos que podemos aprovechar para matarlos o simplemente disfrutar del combate. Las batallas se libran vayamos nosotros o no, por lo que siempre están pasando cosas que dan la sensación de estar en un mundo vivo. Tenemos un menú donde ver los rangos de los enemigos, sus vínculos y los informes de batalla; quién ha matado a quien y ha ascendido, los nuevos reclutas que aparecen y demás.
Cada enemigo dentro de la jerarquía tiene sus propias debilidades, como que le aterren los caragors o poder morir automáticamente por un ataque sigiloso, pero también sus propias virtudes como ser inmune a los ataques a distancia o aumentar su poder cuando le queda poca vida.
Para conocer estos detalles tenemos que meternos en la mente de los Uruks que atrapemos en combate. Cualquier enemigo que dominemos nos dará datos básicos (como nombre y ubicación), pero algunos enemigos específicos también nos dirán todas las ventajas y debilidades, por lo que conviene estar atento en combate de no matarlos sin sacarles esa información. Además de interrogarles, conforme avancemos también encontraremos opciones más jugosas como lanzar una amenaza (que aumentará la fuerza del enemigo pero también soltará una runa mejor) o incluso hacer que quede bajo nuestro control. Si nos apoderamos de un Uruk normal podemos indicarle que ataque en esa zona, pero cuando comandamos a un enemigo dentro de la jerarquía podemos enviarlo a luchar contra otro enemigo importante por si consigue arrebatarle el puesto. Por supuesto, nosotros podemos ir a esa lucha como espectador o para ayudar a nuestro nuevo amigo verde y hacer que sea más fuerte. El sistema es una maravilla y multiplica las horas de juego exponencialmente.
Repartidas por el mapa podemos encontrar tres grupos de misiones:
*Misiones de Historia (doradas)
La historia no es canónica respecto a los libros, se ubica después de El Hobbit pero antes de La Comunidad del Anillo. Al comienzo del juego vemos como los Uruk matan a la familia de nuestro personaje ante sus ojos, pero cuando le toca morir a él es “apartado de la muerta” y poseído por el fantasma del único elfo con aspecto heterosexual de la historia, lo que le otorga unos poderes sobrenaturales para vengarse y tal. No quiero entrar en detalles de la historia, pero si debo decir que las últimas dos misiones me han parecido ridículas, especialmente el último combate. Los fans del lore de la saga tendrán sus caramelitos, pero más allá de ello realmente la historia cumple sin más.
Completando las misiones de la historia iremos desbloqueando nuevos poderes que mejoran exponencialmente la experiencia de juego, como poder domar y galopar sobre las bestias o incluso entrar en la mente de los enemigos para hacerlos nuestros aliados, por lo que es recomendable centrarse en ella primero.
*Misiones secundarias (blancas)
Aquí tenemos 10 misiones específicas de cada una de las 3 armas, como matar a distancia a unos enemigos que intentan escapar o desmantelar una fortaleza sin ser vistos gracias a los ataques sigilosos de la daga. También tenemos misiones específicas de algunas habilidades o 24 misiones de rescatar esclavos. Con estas misiones ganaremos dinero para comprar las mejoras de salud, más capacidad para el arco o más huecos para colocar runas en nuestras armas.
*Misiones de luchas de poder (rojas)
Como comentaba hablando del “sistema Némesis”, el mundo de Sombras de Mordor está en constante cambio y prueba de ello es que los Uruk se intentan asesinar unos a otros para ascender o intentan retos para demostrarles a sus súbditos su poder. Aunque en el juego no subimos de nivel, si que ganamos experiencia para desbloquear puntos de habilidad y a su vez este tipo de misiones nos permiten acceder a más habilidades, como lanzar dagas o disparar flechas de fuego.
Si con las misiones no tenemos suficiente, también hay un buen puñado de coleccionables que encontrar por el mapa, como fragmentos de una inscripción (Ithildin), figuras con las que desbloqueamos recuerdos, arte de la naturaleza y de la ambientación…
También podemos desbloquear los 10 desafíos de supervivencia y los 10 de caza, donde tenemos que recolectar (o matar) especímenes de la fauna y flora que pulula por el mundo, como arañas o murciélagos y distintos tipos de plantas que además sirven para recuperar salud.
El sistema de combate es muy similar al de la saga Arkaham de Batman; tenemos un único botón para atacar y otro para rodar o saltar por encima de los enemigos, aunque también podemos realizar contraataques pulsando el botón indicado y algunos combos que desbloquearemos. Además de decapitarlos o rematarlos en el suelo, podemos agarrar a nuestros enemigos para atacarles, usarlos como escudo humano o lanzarlos al fuego. Cuando un enemigo nos quita toda la salud, tendremos una última oportunidad donde si llevamos el stick al circulo que nos aparece en pantalla y pulsamos el botón que nos digan a tiempo volveremos al combate restaurando un poco de vida. Tampoco hay que confiarse mucho en esta posibilidad, ya que cada vez que caigamos en combate será más complicado recuperarnos y algunos enemigos no nos darán posibilidad de hacerlo. En alguna ocasión también falla este sistema, pero cuando lo hace lo normal es que volvamos a la vida automáticamente.
El principal defecto que tiene el juego se encuentra en el movimiento del personaje. Las escaladas, saltos y demás están excesivamente imantados, haciendo que nos peguemos a cualquier parte cuando queremos huir de una horda de enemigos. Es increíblemente frustrante que se escape tu presa y tú estés haciendo parkour sin parar.
Otro punto negativo es que la cámara muchas veces se queda bloqueada en el sitio menos oportuno, dejándonos sin poder ver que está pasando en el combate.
Técnicamente el juego es agridulce. Mientras que los Uruk son verdaderamente impresionantes, especialmente en las secuencias donde nos encontramos a los caudillos, y algunos paisajes tambien son muy bonitos, otras veces la sensación es de estar en un entorno muy pobre y con malas texturas. Probablemente este contraste se deba al lastre de salir también en la pasada generación.
El juego viene con un doblaje al castellano excelente, los gruñidos y castañeteos de los Uruk hacen buena compañía a la banda sonora de corte muy al estilo El Señor de los Anillos. Los recuerdos que desbloqueamos con las figuras también han sido doblados, y en la carga inicial también podemos escuchar canciones o conversaciones en español.
Las 20 misiones de la historia principal pueden saber a poco, pero gracias a la gran cantidad de misiones secundarias y sobretodo al sistema de luchas de poder el juego puede darnos para muchísimas horas.
Sombras de Mordor es un divertidísimo juego de acción donde siempre tenemos cosas que hacer, aunque ya lo hayamos terminado todo. El sistema de Némesis es lo que marca la diferencia a su favor, haciendo que sintamos que nuestras acciones tienen repercusión en el mundo. Le falta haber pulido un poco el control y alguna cosilla más, pero sin lugar a dudas me parece de lo mejor que he jugado este año.
3 comentarios
Topofarmer · 15/10/2014 a las 13:29
En el momento en el que se anunció me subió el hype a las nubes y después me olvidé completamente, hasta ahora la salida, que le vuelvo a tener ganas. Eso de que el mundo está vivo y pasan cosas aunque tú no hagas nada me mola mogollón.
Lo terminaré jugando tarde o temprano, que además ESDLA me gusta mucho.
NeoDrakko · 15/10/2014 a las 17:39
@Topofarmer
A mi me pasó exactamente igual, supongo que porque no han tenido una campaña de marketing apropiada. Merece mucho la pena, llevo más de 20 horas y sigo con ganas de más.
KKnot · 15/10/2014 a las 21:00
La verdad, no me llamaba nada, pero igual hasta me lo pienso para ir matando el gusanillo hasta que salga el Halo :sisi:
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