Mis primeras horas con Final Fantasy XV

Ayer nos despertamos con la noticia de que Final Fantasy XV se había retrasado desde el 30 de septiembre al 29 de noviembre. Tras el pedazo evento que montaron en marzo para anunciar la fecha original, esto ha caído como un jarro de agua fría, pero es lo que hay.

Yo tuve la suerte de poder probar las primeras cinco horas del juego hace unas semanas, así que voy a contaros qué tal. Pero ya os adelanto que mejor de lo que pensaba.

Desde que Versus XIII se convirtió en la decimoquinta entrega de la saga, tenía una estúpida cruzada particular contra él, por el hecho de no ser por turnos y parecerse más a un Kingdom Hearts. Digo estúpida porque realmente no tenía ninguna razón de ser, pero yo lo pensaba.

Iban saliendo las demos y aunque el juego era cada vez más y más espectacular, sentía que algo no me terminaba de gustar. Y así hasta hace unos días, cuando ya por fin pude jugar al juego de verdad, y no a una demo.

Y, para sorpresa, las piezas terminaron de encajar y por fin le pillé el gustillo al juego. Puede ser que se me quitara la tontería de la cruzada pro-turnos, porque aunque el sistema es básicamente el de las demos me terminó gustando.

El caso, tuve unas cinco horillas más o menos para probar el juego, desde su comienzo hasta donde me diera tiempo. Me quedé a punto de finalizar el capítulo 3, aunque hay que decir que fui a saco y sin pararme a hacer objetivos secundarios, y había muchos.

No os voy a contar nada de la historia, porque el principio tiene unas escenas bastante chulas que merecen la pena ver, pero básicamente todo lo que jugué estaba protagonizado por la boy band al completo. Ibas conociendo la relación entre ellos, te ibas enterando de su papel y cosillas así, aunque sin profundizar demasiado.

Quizá esto ya lo conozcáis, sobre todo si probasteis el Episode Duscae, porque esa demo transcurre en el mismo escenario que el principio del juego. Y aunque a primera vista parece un calco, luego te das cuenta que ni las misiones que tienes son iguales, ni la forma de resolverse es igual.

El paso de juego lineal a mundo abierto (o a escenario enorme al menos) conllevaba un cambio en la estructura de juego que se ha traducido en tener una misión principal con la que hacer avanzar la historia y luego muchas misiones secundarias que nos dan experiencia, dinero y profundizan un poco más aspectos que no hacen la primera.

Estas misiones van desde cosas sencillas como matar a cierto número de enemigos o adentrarse en una cueva para coger un objeto, hasta otras como terminar con jefes enormes o simplemente dar una vuelta explorando una ciudad o ponerse a pescar para darle peces a un gatete.

Y hablando de cuevas, en esta nueva entrega habrá que entrar por varias, a modo de mazmorra. A mí creo que me dio tiempo a ver las dos primeras, por lo que no vi nada demasiado complicado o loco, aunque sí que se nota un cambio con respecto a otras entregas. La recompensa, eso sí, merece la pena y mucho, además de ser necesaria para avanzar en la historia.

Y dejando ya el tema de las misiones, destacar que había muchísimas, incluso en los primeros compases del título. Yo no fui a por todas porque no tenía tiempo y prefería avanzar más, pero llegué a tener unas cuatro o cinco activas a la vez. Y aquí es donde está uno de los problemas que veo.

El coche. El maldito coche. Un problema de tener un escenario tan grande es que muchas veces las distancias son también enormes. Las misioncillas que se pueden resolver corriendo no son ningún problema, pero cuando toca montarse en el bólido (muy bonito y personalizable, yo tenía un coche blanco con el interior rosa) e ir a otro punto lejano, prepárate para el sopor.

Lo primero es que te medio engañan diciendo que te dejan conducir. Lo que quieren decir en realidad es que te dejan pulsar el acelerador y ya, porque el coche poco más puede hacer. Puedes intentar mover un poco la dirección, pero en cuanto te sales el carril el coche vuelve solito a su camino correcto. Por supuesto nada de sacarlo de la carretera, ni de conducir medianamente rápido o alocado.

Hay viajes que pueden ser tranquilamente de 5-6 minutos, dependiendo de dónde estemos, por lo que está la opción de que conduzca Ignis, pero te toca ver cómo mueve un coche todo ese tiempo. Si digo que me dio tiempo a ir al baño y volver, no os miento.

Desconozco si en el juego habrá algún tipo de viaje rápido o alguna manera de agilizar esto, pero deberían arreglarlo. Para viajes cortos es un poco incordio, pero para viajes largos es directamente aburrido y se carga todo el ritmo.

Pero quitando este detalle del coche, la verdad es que el juego me gustó más de lo que pensaba. Tiene muchísimo que hacer (aunque tú decides si quieres o no), unos escenarios enormes que cambian según la climatología o la hora del día (recuerdo un golem enorme que me mató a todos de un golpe y que sólo sale por la noche) y el combate al final me terminó gustando.

Es cierto que, sobre todo al principio, se puede jugar dejando apretado el botón de AWESOME atacar, pero tiene mucha más profundidad si quieres buscarla. Tienes en todo momento hasta cuatro armas a las que cambiar, lo que hace que tu estilo de lucha también lo haga. Con una espada atacas más rápido, con un hacha más lento pero quitando más daño, y así, lo típico.

Hay que andar un poco con ojo con la barra de energía, porque es fácil agotarla según empezamos, pero administrándola bien, apoyándonos en los compañeros y sabiendo cuándo atacar y cuándo defender o buscar un punto con ventaja, el combate se hacía bastante divertido. Además súmale las habilidades mágicas de Noctis, como teletransportarse y cosas así, y no pierdes esa espectacularidad en ningún momento.

Por supuesto podemos conseguir nuevas armas y armaduras, equipar lo que mejor creamos e incluso fabricar granadas o útiles de batalla mediante materiales que vamos recolectando, algo que me pareció curioso, y sobre todo potente. Y por supuesto está el sistema de experiencia y niveles, con una especie de tablero de esferas muy sencillo para equipar nuevas habilidades.

Podría hablar mucho más del juego, sobre todo a nivel de argumento, pero es mejor que lo vayáis descubriendo vosotros. Simplemente decir que empieza fuerte y lo que parecía que iba a ser un viaje tranquilo termina torciéndose de mil maneras.

Hablando del juego en sí, yo era uno de esos escépticos a los que no terminaba de hacerle clic, pero probándolo bien me he dado cuenta de que se me ha pasado la tontería. Es muy espectacular, sobre todo las cinemáticas, lo que ayuda a meterte un poco más en el juego e interesarte por una historia de la que he preferido saber cuanto menos mejor.

Lo bueno es que parece que este nuevo estilo de juego, con escenarios enormes y con mil secretos y misiones con las que explorarlo, harán que sea todo lo grande que cada uno quiera. En cinco horas me quedé justo en el final del tercer capítulo, pero porque iba corriendo y sin hacer caso a las secundarias. De haber intentado completar todo no habría llegado ni al final del primero.

Ahora toca esperar casi tres meses y medio hasta que salga a la venta Final Fantasy XV, pero estas primeras horas me han servido para convencerme de la calidad del título. Ya os digo que era muy escéptico, pero ya no. Ahora realmente tengo ganas de hincarle el diente a la versión final.