Las locas aventuras de Topofarmer en la Gamescom 2016 (II)

Esta entrada la estoy escribiendo hoy viernes a primerísima hora de la mañana, antes de irme a la feria, porque ayer por la noche estaba tan cansado que era tocar el portátil y quedarme frito. Así que vamos rápido que me tengo que ir a la feria.

Me hubiera gustado decir que el día empezó igual que el anterior, pero sería mentir. El día empezó cuando sonó el despertador a las 7 de la mañana y tenía ganas de morirme y de mandar a paseo a la feria. Llevaba sólo un día y ya estaba hecho mierda, bien empezamos.

Pero bueno, saqué fuerzas del gofre del Aldi y de los batidos de chocolate de medio litro a 39 céntimos (también del Aldi, nuestros nuevos señores) y para allá que me fui.

No tengo fotos pero ya os digo que había una cola de narices, y eso que yo no entro por la puerta principal, sino por la entrada norte. Por suerte yo no soy de la plebe que se chupa veinte horas para probar un juego, sino que iba por mi carril de prensa mientras la gente me veía con mirada asesina. Pero es lo que tiene que yo sea el dios de los que visitan este blog y ellos no.

Está bien esto de entrar a primerísima hora porque es el único momento en el que te encuentras con la feria vacía. Y aproveché para volverme un friki en jaula, que los de ayer me habían dado un poco de envidia:

Lo que había dentro es un HTC Vive con unas cuantas demos técnicas bastante divertidas, en especial la Nvidia VR Funhouse, que son jueguecitos de circo para jugar en realidad virtual.

Acabado esto probé Titanfall 2, lo cual produjo la primera situación jodida del día. Llego a la cola con mi tarjeta de prensa y mi barba, y me dicen que no puedo jugar si no vengo con una pulserita que diga que tengo 18 años. Me quedo un poco loquer, pero bueno, fui a sacarla y vuelta al juego.

Como el primer Titanfall no salió en PS4 y Origin no va a tocar mi PC jamás, apenas pude probarlo, así que no sé cómo ha avanzado esta segunda entrega. Tiene un gancho que es lo más divertido del juego, porque te columpias por ahí, te catapultas y así puedes ver cómo te matan en pleno vuelo. Muy espectacular.

Y tras haber probado estas dos cosas se me hacían casi las 10, cuando empezaba mis citas, así que me fui para el Hall que tocaba. Y como soy muy listo empecé a atajar como pude, pasando por… la puerta del diablo.

Este portal interdimensional inter-edificial creo que es una salida de emergencia que sólo los que curran ahí pueden usar, pero yo soy un badass y paso también. En la foto porque había corriente, pero si no las cortinas están bajadas y no sabes dónde vas. Quizá al Hall 5 de la Gamescom, quizá a un mundo sin diez gofres a 0.79€. No quiero ni pensarlo.

Lo que tocaba ahora eran dos juegos que lleva Devolver: Shadow Warrior 2 y Mother Russia Bleeds.

El primero es un pasote: rápido, frenético y muy divertido. Seguramente, de lo que he probado, esté entre lo que más me ha gustado. Jugué un par de partidas (los mapas se generan en cada partida) y ambas muy, pero que muy bien.

Mother Russia es un beat’em up rollo Streets of Rage o Double Dragon, pero con rusos haciendo cosas de rusos. Algo con personajes llamados Boris, Sergei, Ivan y Natasha sabes que no puede ser más ruso. Lo malo es que lo hacen unos franceses, por lo que todo en lo que creías es mentira.

El juego no está mal, pero tampoco me pareció nada del otro mundo. Tiene una mecánica de pincharse jeringas para curarse o ponerse como el ogro de las drogas que le da algo de frescura, pero tampoco es algo que me impactara demasiado.

Tras esto fue al stand de Blizzard, que me tocaba entrevista con los desarolladores del Heroes of the Storm. Es jodido porque cuando les fui a hacer una foto me di cuenta que no tenía mi cámara, y es que me lo había dejado donde Devolver. Allí que me fui corriendo porque además ni es mía, así que estaría bastante fucked de perderla.

Pero estaba, hice mi entrevista, mis fotos y me tomé el pertinente cafelete en la barra que tienen en el stand. Y de ahí que me fui a probar unos cascos de HyperX y a ver Divinity Original Sin 2. En esta última cita además me intentaron emborrachar para que les pusiera un diez:

El juego muy requetebien también, y más majos que las pesetas. Pero no me dejan hablar hasta el 22 de agosto, así que ya os contaré más adelante. Pero vamos, que no creo que sea ninguna sorpresa.

Aquí ya empezaba a tener algunos huecos entre entrevistas y citas, lo cual se tradujo en tirarme en el suelo a luchar por respirar. No sólo estaba hecho polvo sino que además tenía que ir cargando con mil historias que me iban dando. Además el móvil se iba quedando sin batería, por lo que buscaba enchufes como fuera. Si visteis a alguien muy guapo tirado en el suelo, seguramente fuera yo.

Lo peor es que cuando intentaba ir a algún sitio me entretenían por ahí, me dejaban probar cosas que no tenía planeadas (como EVE Valkyrie con PSVR) y llegaba tarde a mis citas. De hecho a Mafia III ni llegué, porque si no estás a la hora no te dejan entrar, cosa que en parte agradecí para irme a por un zumo, ya que paso de beber agua porque siempre tiene el gas de mierda este (son muy aficionados al gas en Alemania por lo que se ve).

Y tras esto… EL PARAÍSO 3™, la cita de World of Warcraft Legion.

La cita duraba una hora, pero nos pusieron un tráiler de cinco minutos y luego ronda de preguntas y respuestas. Nadie preguntaba apenas nada, por lo que yo preguntaba las cosas importantes, como si seguirían cargándose el lore en pos del fanservice y así. Sin respuesta.

Total, que como esto del WoW acabó más pronto fui a hacer mi pasatiempo favorito en la feria: tirarme al suelo. De hecho hasta saqué una foto en esta perspectiva, para que la veáis:

La foto está tomada desde un punto estratégico en el que no estás en mitad del pasillo y además tienes cargador. Es un secreto que comparto con vosotros, pero con nadie más, porque sois los mejores.

Ya era momento de la última cita del día, en la zona de EA, donde nos iban a dejar ir por libre y jugar a lo que quisiéramos. A lo que quisiéramos siempre que no fuera Battlefront VR, que era lo único que me importaba. Estaba petado y todos los slots ya llenos.

Como a eso no se podía, tuve que jugar un poco a FIFA 17, ver un tráiler eterno de la campaña del Titanfall 2 en un minicine (en el que me quedé medio sobado al apagar las luces) y otro tráiler de Battlefield 1 ultra-mega-super-espectacular que te cagas. Luego probé el juego y era super malo, pero en el tráiler es todo tan cojonudo que asusta.

Tras acabar mis citas uno podría pensar que ya había acabado lo malo, pero todo lo contrario: ahora empezaba el auténtico sufrimiento.

Eran las seis y yo tenía un meet & greet con Tabata a las ocho, por lo que tenía dos horas libres. Iba cargando ya con veinte bolsas, pero pensé en aprovechar para ir a la zona de tiendas a comprar regalos o encargos. Craso error.

Imaginaros el Expomanga o alguna feria del estilo, pero multiplicado por diez. Bueno, pues así es el Hall 5, donde se respira virginidad y sudor de otaku. Y si ya está petado, imaginad cuando además dicen que a las 18.30 habrá una rifa. A partir de las 18.20 no podía ni andar de la gente que había. Además no me tocó nada. Menos un punto a Final Fantasy XV.

En el stand de Blizzard compré un montón de mierdas y me dieron una bolsa gigante de Overwatch que jamás sacaré a la calle, pero que admiraré cada día en mi casa. Soy freki, pero de puertas para dentro, que en la vida real soy alguien respetable.

Luego a tumbarme en un sofá que vi por ahí y esperar, esperar y esperar hasta las 8. Y al evento este con Tabata.

El meet & greet este empezó con los primeros doce minutos de la película del juego, en un perfecto alemán sin subtítulos. No entendía una mierda, pero es espectacular de narices. Muchas explosiones en pantalla de cine. Más un punto para Final Fantasy XV.

Tras esto salió ya Tabata con el que hizo el evento mucho más ameno: el traductor. Si veis la (borrosa) foto, es el rubio de la derecha, un crack con botas amarillas con fuego y espuelas y un pantalón rosa. El mejor de todos, y no sólo por hablar en inglés.

Cuando llegó el turno de preguntas y respuestas eso se convirtió en cringe-ville, con gente llamándole Tabata-sama (a lo que respondió que no le llamaran así) o pidiéndole trabajo y dándole una tarjeta de visita (esto es verídico). Creo que habría como dos o tres preguntas que de verdad tenían sentido, sobre todo acerca de la obsoleta Edición Ultimate, pero el resto eran lamidas de sable de aquí a Saturno.

Yo no preguntaba nada porque bastante que hacía con estar ahí sentado en el suelo, muriéndome de dolor y de incomodidad. Simplemente tomaba notas mentales para algún día exterminar a todos los fans del juego.

Lo peor es que no hubo ni meet ni greet, porque ni fotos ni firmas ni nada. Pero bueno, es lo que tocó. Además que tampoco se me cae el mundo encima por ello.

Lo bueno de que acabara es que por fin podía irme a casa, con una bolsa gigante de Overwatch en el brazo y el dolor de espalda del siglo a cuestas. Podría acabar ya mi crónica, pero creo que es importante que sepáis que paré por un bar de noodles a pillar fideos con pollo frito:

Tras subir a casa y cenar intenté escribir algo, pero me quedaba dormido en la silla. Cada vez que me despertaba me encontraba con páginas porno gay en el Chrome, lo cual me extrañó bastante. Por supuesto era el mongol que tengo de compañero de piso, pero en ese momento estaba muy cansado para pensar.

Y creo que hasta aquí llega todo. Ahora me ducho y para la feria, que me espera el último día de sufrimiento.