Las locas aventuras de Topofarmer en la Gamescom 2016 (III)

Aquí estamos otra vez con el último diario de mis locas aventuras en la Gamescom. Han sido tres días en los que básicamente he terminado hecho mierda, pero sigo vivo, que es lo que importa, y lo que os importa a vosotros, amables seguidores.

Ya os digo que el viernes fue un día mucho más tranquilo comparado con otros, lo cual agradecí bastante. Pero vamos más en profundidad.

Como sé que los gofres del Aldi están causando sensación aproveché para hacer una foto de lo que se convertirá en lugar de peregrinaje obligatorio para cualquier fan de este blog. Que no os engañe la entrada fría e impersonal, dentro se esconden los sueños en forma de gofres y batidos baratos:

Como cada día, pillé el tren para llegar a la feria en cuatro o cinco paradas. La diferencia es que esta vez me dio por acceder por la entrada oeste, porque tenía pinta de dar menos rodeo. Al principio todo bien, hasta que giré la esquina y lo vi: una manada de gente sudorosa, alguna disfrazada, pero todos bastante cringe en general. Como toda la comunidad gamer una vez sale de su cueva, no nos engañemos.

Hice esta foto desde lejos por miedo a que me mordieran y empezara a decir sugoi desu-nee y cosas así. Son como los hombres-lobo, que se contagia. Los hombres-otaku:

Bueno, y una vez dentro tocaba empezar el día bien, con Battle Chasers. Visualmente el juego es una pasada, calcado al cómic, y las mecánicas de RPG y combate por turnos y tal me parecieron bastante interesantes. Además la presentación me la hizo Joe Madureira, quien me firmó de todo, se hizo fotos y me dijo que nunca había visto a nadie tan guapo.

Además como soy súper periodista aproveché para preguntarle por cosas como si pensaba terminar la historia de una puta vez (sacará tres cómics en 2017 y busca a alguien que los siga luego) o qué pensaba de un hipotético Darksiders 3, guiño, guiño. Os diría lo que me comentó, pero Joe y yo ahora somos homies y no puedo traicionarle.

Es raro porque según veo en mi calendario entre la cita de Battle Chasers y la siguiente tenía un espacio como de una hora, pero no recuerdo qué hice. Es posible que hubiera un vórtice espacio-temporal por el que esa hora no existió, igual que es posible que me sentara o diera vueltas sin rumbo.

El caso es que terminé en Crytek, donde pude probar algo de lo mejor de la feria. Y PlayStation VR también. Os lo ilustro con la foto en la que parezco menos fanegas:

Con lo mejor me refiero a The Climb. Es un juego para Oculus en el que simplemente haces escalada vertical por montañas y tal. Me pareció una auténtica pasada, porque además de graficotes marca de la casa, el control respondía perfectamente, y daba la sensación de ser real. No miento si os digo que cuando finalmente llegué arriba estaba sudando. Me compraría un Oculus por este juego.

La contraparte fue Robinson, otro juego de la compañía, pero para PlayStation VR. Tras haber probado VR buena minutos antes, esto fue como un jarro de agua fría. PSVR, obviamente, se ve más borroso, menos nítido, no responde tan bien… Además se notó mucho en falta no tener unos mandos como los de Oculus.

Lo que probé del juego era básicamente andar por la jungla mientras había dinosaurios, recoger o mover algunos trozos de chatarra y escalar paredes. El problema es que cuando se te acercaba un cuellilargo (el padre de Piecito) notabas cómo los gráficos de PS3 te iban a comer, pero sin definir demasiado bien.

Entiendo que PSVR valga 400€ menos que la competencia y que no se necesite un ordenador de la NASA para moverlo, pero parece una Realidad Virtual de juguete. Tengo uno reservado (no recuerdo ni cuándo lo hice ni la razón de ello) y va a terminar cancelado casi seguro, porque me pareció claro que no me iba a poder ofrecer lo que los otros.

Una vez terminadas ambas demos volvía a tener un ratito libre, muy corto esta vez. Además en Crytek me dijeron si quería un cafelete, así que aproveché para desayunar ahí. Ojo a la tartaca de arándanos que tenían:

Lo siguiente que vi fue Vampyr. Iba sin saber muy bien qué me iban a enseñar y terminé encantado. Un juego que combina un Londres a principios del siglo XX con vampiros, muy centrado en la narrativa y con la idea de acción-consecuencia como eje central. Estuvieron enseñando gameplay y terminé encantado. Habrá que seguirle la pista.

Después tocaba NBA 2K17, que me dejó bastante frío en el sentido de que parece el 2K16 y ya. Cuando al preguntar que cuales son las novedades jugables de este año te dicen que han mejorado todo y que ya se anunciarán más cosas, ándate con ojo.

Tras esto aproveché para ir al baño y pasó lo que no debería haber pasado. Esto:

Corramos un estúpido velo y sigamos, porque hoy tenía otra entrevista más, esta vez al director de World of Final Fantasy.

La entrevista fue muy bien. No pensaba que fuera a durar mucho pero al final estuvimos media hora larga dale que te pego. También en parte porque para cualquier pregunta me respondía con la Biblia en verso, pero tampoco pasa nada.

Ahora tengo que enseñaros algo que no creeréis lo que pasó. Fui a dar una vuelta por el Hall 9, donde está el stand de Warner para ver si me colaban en Batman VR. Tenía un fastpass de estos que dan a prensa para no hacer cola, pero es que resulta que había cola para prensa también. Total, que pasaba de estar ahí una hora como bobo.

Me iba yendo ya otra vez al Hall de Business cuando pasé por el stand de Injustice. Y hoy… hoy, amigos… ¡hoy tenía gente en la cola!

No sé si se trataba de gente masoca, gente que se había confundido pensando que era la cola para algo más interesante como, no sé, pegarse un tiro, o es que realmente hay gente que le gusta. Pero había gente. Yo invertiría ahora en Warner, las cosas están cambiando.

Tras este subidón de adrenalina por ver algo tan común como un unicornio volví al sitio donde nacen los sueños: al stand de Blizzard. Tocaba la presentación de Hearthstone, y no miento si digo que es la vez que más miedo he pasado en mi vida.

¿Que por qué? Por esto:

Ya todo daba un poco de miedo con tan poca luz, pero si además el presentador parece que va de tripis hasta las orejas y cada vez que te habla reclina la cabeza para atrás y te mira con ojos de asesino, pues como que te lo haces encima.

Las respuestas que dio fueron montones de nada, al estilo de «¿Vais a meter Corona de Hielo? Estaría bien.» o «¿Va a salir Arthas de una vez? Nos gustaría». ¡Pues si te gustaría hazlo!

Como no dijeron nada y terminaron antes de la hora pues aproveché y fui a probar un juego llamado Project Arena para HTC Vive. Era un juego para dos personas en las que tiras una bola y el otro tiene que devolverla, al estilo air-hockey. Super divertido y preciso. Lo malo es que montar algo así cuesta 3.000 pavacos.

Lo bueno es que tanto mientras esperaba para jugar como cuando terminé tenían unas mesitas llenas de enchufes para cargar el móvil. Y un árbol de bretzels del que podías coger cuando quisieras. Mejor que el árbol de Navidad.

Ya iba quedando poco para acabar el día y yo estaba ya mucho mejor porque no me habían dado millones de camisetas y mierdas con las que cargar, por lo que no estaba hecho polvo. En todos los puestos me decían lo mismo, que era un día más tranquilo, lo cual es de agradecer. Así que como sólo me quedaban dos cosillas para allí que fui.

La primera era The Sexy Brutale, un juego que hacen desarrolladores de la extinta Lionhead. Es un juego que me recordó muchísimo a Cluedo, en el que hay que investigar sobre asesinatos en una mansión y finalmente lograr impedirlos para escapar de un bucle temporal. Gráficamente tenía bastante gracia y el tema de puzzles e intentar cuadrar cómo fue todo me gusta bastante.

El último juego ya que probé era Gwent, el nuevo juego de cartas de los creadores de The Witcher. Nos dieron una charla eterna pero que el PR de turno supo hacer bastante amena, nos dejaron jugar y nos dieron camisetas, unas cartas de esas que se mueven si miras desde otro lado y cerveza. Se agradece el gesto, pero estaba caliente. Nadie quiere cerveza caliente.

Ahora es cuando el día empezó a ir para abajo, porque nos hicieron la púa un poco mucho. Pero antes aquí tenéis a Yísas gamer:

La historia es que básicamente había una fiesta de Square-Enix para los fans en un hotel cercano a la feria. Por supuesto ni yo ni mi amigo teníamos entradas, pero nos apetecía ir a ver qué pasaba. Por ello él contactó con una chica del grupo de fans de Square en Alemania, que decía que tenía entradas de sobra, que quedábamos en la puerta y que nos las daba.

Llegamos pronto al sitio y obviamente la tipa sin aparecer. Miramos los mensajes de Facebook y sólo había un último mensaje que decía algo como «que al final no voy, os las da mi hermano». Esto ya olía mal, y peor aún cuando vimos que había bloqueado en Facebook a mi amigo, así por nomacs.

Eso tenía pinta de violación inminente y a mí me gustaría reservar mi flor para mi casamiento, así que nos quedamos sin entradas y en la calle como tontos. Además empezó a llover. Parecía un cliché de una película hecho real.

Total, que nos fuimos a la que dicen que es la mejor hamburguesería de Europa y parte de Alemania a cenar esto:

Ni de coña era la mejor que había probado nunca, pero aun así estaba muy buena. Podéis ver el colesterol chorrear por todos los lados y os podéis imaginar cómo terminó mi barba tras el primer mordisco.

Pero me dio la fuerza necesaria para poder ir hasta casa y quedarme sobado. El plot-twist es que escribo esto hoy sábado por la mañana, antes de ir a la feria de nuevo.

Bendiciones y buenos días.