La mentira de Shenmue

Yu Suzuki es un genio, uno de los cinco desarrolladores más importantes de la historia.

Esto no es una frase baladí para amortiguar la hondonada de hostias que voy a dar ahora. La historia de Shenmue y su desarrollo no se entiende de ninguna de las maneras sin una frase así de categórica. Sólo a los genios se les permiten determinadas locuras; muchas veces salen bien, pero muchas otras salen mal. A quién le pese Shenmue forma parte del segundo grupo, en todos los sentidos.

Shenmue no es un juego que haya envejecido mal, es un mal juego con unos valores de producción absolutamente estratosféricos, porque la idea que Suzuki tenía en la cabeza era algo absolutamente inasumible por el hardware de la época, por mucho dinero que le metieras al desarrollo. Los problemas del juego son de sobra conocidos, incluso entre muchos de sus defensores: un control sorprendentemente tosco viniendo de quién venía, una cámara desastrosa, un ritmo de juego desesperadamente lento y una continua sensación de quiero y no puedo.

Podemos entrar a detallar todos estos elementos uno por uno, pero me parece algo tan manido que lo veo innecesario, mejor hablemos de porqué hay tanta mentira alrededor de Shenmue cuando sus cosas buenas, que las tiene, ni eran tan buenas ni compensan en absoluto el desastroso y soporífero desarrollo del juego.

El pre-gafapastismo.

Mucho antes de que se lanzaran juegos que se autodenominaban a sí mismos como «experiencias» a los «entendidos» de la vertiente «cultural» de los videojuegos les encantaba sentirse mayores y maduros, fantaseaban con reuniones en un salón con chimenea fumando en pipa y bebiendo bourbon mientras hablaban de videojuegos al mismo nivel que en los círculos culturetas del cine y la literatura. Todo por quitarse ese complejo de inferioridad que tenían al no saber justificar porque simplemente dar saltos pulsando un botón les parecía igual de divertido que leer el libro de moda o ver pelis de Kevin Smith.

Por aquel entonces cuando no había indies para colmar su fantasía de estatus y madurez se agarraban a cualquier juego que tuvieran un guión que superase las dos páginas y en el que el trasfondo fuera mínimamente adulto. Y digo mínimamente, ya que este tipo de gente fue la que empezó a encumbrar los guiones de Kojima. Claro, si tu mayor expectativa de guión serio es Metal Gear Solid o Final Fantasy VIII (vamos, JAPÓN, porque esta gente a un Deus EX ni se acercaba) y de repente llega Shenmue que, permitiéndose sus licencias, es un juego con un guión más o menos realista y de cierta carga de profundidad de la mano de Yu Suzuki… Pues claro, casi acaban con las reservas de Kleenex por las pajas que se hicieron sin control, muchísimo antes de haber probado siquiera el juego. La expectativa era demencial.

Cuando Shenmue salió daba igual cómo fuera, era el juego más ambicioso jamás creado y se vendió como tal, que si había drama, que si te tenías que buscar un trabajo, que si te podías parar a ver el paisaje (realmente no te tenías que parar porque al ritmo que tenía el juego podías observar hasta la última hoja del último árbol)… ¡Había hasta recreativas en las que jugar! WOW.

Todos estos elementos que eran bastante novedosos sirvieron como excusa para tapar las innumerables carencias del juego, y desde la tribuna de la prensa trataron de hacer el favor de su vida a SEGA obviando que el juego era un auténtico tostón y que al final el guión, que te lo puedes ver en media hora en youtube, no era ni mucho menos un guión de Oscar, ni la narrativa era especialmente buena como para mantenerte pegado al juego.

Gracias a esta campaña de intentar salvar al soldado SEGA se ha creado un falso misticismo alrededor del juego, cuyo legado en sí tiene su importancia ya que fue el precursor de muchas ideas que más tarde cuajarían en auténticos clásicos. Muchísima gente que no lo ha jugado ni en su día ni después habla de él como si le hubiera cambiado trascendentalmente y algunos nostálgicos, en su afán de defender lo que pensaban en aquellos días llevados por la corriente que se generó alrededor del título, no quieren dar su brazo a torcer y seguir perpetuando la mentira alrededor del, de largo, juego más sobrevalorado de la historia.

Pero lo cierto es que, a pesar de todos los intentos, nunca ha habido consenso con Shenmue, en su día fue un desastre absoluto en ventas y fue el tiro de gracia para una SEGA en una situación ya más que delicada, y a día de hoy son muchos los que alzan su voz para intentar poner un contrapunto al auténtico disparate de la alabanza sin medida al juego.

Los que me conocéis de 99RedPotions o de Twitter, sabéis de sobra que puedo ser uno de los últimos diez segueros en pie, mi batalla no es ni mucho menos por revanchismo u algo similar, es más bien por un tema de justicia. Shenmue ha quitado a SEGA muchísimo más de lo que la ha dado y, para colmo, hay gente que lo pone como la mayor obra de Suzuki, el tío que nos dio, entre otras muchas, cosas Out-Run.

Ahora que han sacado una remasterización HD muy superficial, sin mejoras en el control ni en la cámara, habrá que ver cuantos nostálgicos del juego, sin haber tenido nunca el juego ni Dreamcast, son capaz de comérselo o cuantos de ellos le jugarán media hora e irán corriendo a las redes sociales a cantar sus virtudes sin volver a dedicarle un minuto más.

Yu Suzuki es un genio, pero los genios también se equivocan, te puedes equivocar con Wii Music y que se quede como una anécdota o con Shenmue y llevar a la bancarrota a una de las compañías más emblemáticas de la historia de los videojuegos.

P.D: Nunca jugué a Shenmue II, el primero me costó tanto que ni me molesté (esto en una época donde yo compraba TODO lo que salía, y más si ponía SEGA en la caja), así que, por si no ha quedado del todo claro, en este artículo sólo se habla del original.